La muerte de una joven mujer negra en una prisión de Texas (EE UU) fue declarada como un suicidio después de que la autopsia no hallara signos de violencia, dijeron los fiscales.

Sandra Bland, de 28 años, fue hallada ahorcada en su celda, tres días después de haber sido detenida por un policía por no haber puesto las luces de intermitente de su vehículo para cambiar de carril y discutir con el policía que le mando detenerse.

La evidencia de la autopsia es “consistente con un suicidio” y “no he visto evidencia que indique que esto fue un homicidio”, dijo en una rueda de prensa Warren Diepraam, asistente del fiscal de distrito para el condado Waller. “Nunca seremos capaces de convencer a todos”, agregó.

Los fiscales divulgaron fotos de la autopsia y meticulosamente detallaron las conclusiones del forense. La familia de la joven se opone a la conclusión de que Bland se suicidó, insistiendo en que estaba contenta de empezar un nuevo trabajo y no tenía ninguna razón para matarse.

El caso generó polémica en Estados Unidos, ya que el país se enfrenta a tensiones raciales tras una serie de casos en los que varios afroestadounidenses resultaron muertos durante circunstancias en las que hubo disputas.

Una cámara dash del arresto el 10 de julio levantó sospechas de que Bland había sido maltratada, cuando muestra que el oficial enfadado después de que la joven rechazara apagar su cigarrillo, saca su pistola Táser y grita: “Voy a electrocutarte”, después de que ella se negara a salir de su vehículo. “No me hizo feliz cuando vi el video”, dijo el fiscal de distrito del condado Waller, Elton Mathis.

La joven fallecida era militante del movimiento “BlackLivesMatter”, nacido durante la ola de manifestaciones callejeras que estalló tras la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco en Ferguson (Misuri).

El oficial, que es blanco, ha sido suspendido a nivel administrativo y una investigación inicial concluyó que violó las “políticas de cortesía” del departamento y los procedimientos sobre detenciones de tráfico.