En la plaza de la Constitución de Donostia hubo ayer un hermanamiento entre culturas. Sharauis, nigerianos, dominicanos, colombianos… El color de piel o la procedencia no importaban, sí la fuerza con la que se golpeaban los tambores de la marcha organizada por organizada por EH11Kolore, en favor de la diversidad étnica y cultural. Entre los participantes también hubo un centenar de nepalíes que viven en Euskadi, que fueron los invitados especiales de esta cita en solidaridad con el terremoto ocurrido en su país.

«La gente en Nepal está sufriendo mucho», explica Malati Pantha, que lleva casi cuatro años residiendo en el País Vasco. Su marido, su hermano y su hijo también están aquí. Pero sus padres no. «Por suerte viven en una zona que no se ha visto muy afectada y en la casa solo hay algunas grietas». No obstante, no han tenido la misma suerte algunos de los vecinos que ella conoce, «que han muerto».

Por las noticias que le llegan desde Nepal asegura que «todavía no ha acabado» y que aunque una zona del país «está bien» hay otra que «es muy peligrosa» por las réplicas. Un punto de vista que también es compartido por Tulsi Gurung, que asegura que «el país está muy destruido, es una catástrofe». Su familia ha podido librarse de la tragedia pero asegura que siente «verdadera tristeza» por lo ocurrido.

4.000 euros recaudados

El principal objetivo de los nepalíes que viven en Euskadi es «reunir dinero para enviarlo allí», explica Malati, que incide en que «todo lo recaudado llega». Durante este tiempo han recaudado 4.000 euros, fondos que llegan a los afectados a través de un grupo australiano llamado Non Resident Nepali (NRN). «Lo forman médicos y enfermeras que se encargan de repartir comida y de dar asistencia sanitaria a la gente».

Tulsi explica que «hacía tiempo que quería unir a los nepalíes que viven aquí, que hubiera una conexión entre nosotros. Y la tragedia dl terremoto nos ha unido mucho».