El terrorista que dejó a todos en ‘shock’

‘JIHADI JOHN’ HA PASADO DE SER UN JOVEN DE BUENA FAMILIA DE | LONDRES A SER EL MIEMBRO DEL ESTADO ISLÁMICO ENCARGADO DE COMETER LAS ATROCES DECAPITACIONES DE LOS REHENES

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 02-03-2015

Cada hora se saben más detalles sobre el hombre más buscado del mundo, el terrorista de Estado Islámico Jihadi John. Detalles como que recibió terapia para controlar su ira cuando iba al instituto, sus notas en la universidad y que su comida favorita son las patatas fritas. Pero lo que más sorprende a la sociedad británica de este joven de 26 años, es cómo ha pasado un joven de buena familia y residente en una zona acomodada de Londres a ser uno de los miembros del Estado Islámico que comete las atroces decapitaciones de rehenes extranjeros.

“Estoy absolutamente sorprendida de que sea él. Hace que te preguntes lo que puede suceder en los años en que no se ve a estos jóvenes. Es realmente aterrador”, dice una vecina, asustada ante la cobertura informativa que tiene lugar estos días en su calle.

Además, esta semana la Policía británica también informó de que tres adolescentes que estaban desaparecidas desde hacía varios días y que fueron grabadas por las cámaras de seguridad del aeropuerto londinense de Gatwick, habrían entrado en Siria través de Turquía con el objetivo de unirse a las filas del grupo yihadista Estado Islámico.

Se trata de Shamima Begum y Amira Abase, de 15 años de edad, y Kadiza Sultana, de 16, cuyas familias en un mensaje les piden que vuelvan a casa y les advierten del peligro que corren. Las tres chicas habrían mantenido contacto con Aqsa Mahmud, otra joven británica que hizo el mismo viaje que ellas a Siria en 2013 y que ejerció de reclutadora de las jóvenes. La última vez que se ha visto a las tres adolescentes fue en una estación de autobús de Estambul. Las tres chicas fueron captadas por las cámaras de seguridad de la estación de Bayrampasa, donde esperaron 18 horas antes de proseguir viaje.

En total, hay unas 100 mujeres británicas entre las 550 mujeres occidentales que se cree que se han unido a los grupos islamistas en Siria e Irak, de acuerdo con el Grupo Soufan , una consultora de seguridad con sede en Nueva York.

INTEGRADOS EN LA SOCIEDAD Tanto en el caso de estas tres chicas como de Jihadi John, se trata de gente integrada en la sociedad británica, con trabajos y educados en instituciones de alto nivel. En el caso de Jihadi John, su familia llegó a Londres en 1993, como consecuencia de la Primera Guerra del Golfo, sus padres, Jasem, 51, y Ghaneya, 47. El padre consiguió sacar a su familia adelante gracias a una empresa de taxis y en total tuvieron seis hijos.

Una de los profesoras de Jihadi John ha explicado que el terrorista finalizó con éxito una terapia sobre cómo manejar la ira en su primer año en el instituto Quintin Kynaston, si bien lo recuerda como un chico adorable que tenía ganas de intentarlo y triunfar.

“Nos encontramos con que él se volvió muy enojado y que le llevaría mucho tiempo calmarse, así que hicimos un montón de trabajo como escuela para ayudarle con su ira y controlar sus emociones”, dijo una profesora que no quiso revelar su identidad.

“Era el típico niño del noroeste de Londres”, dice una chica que compartió aula con el terrorista, mientras que otra lo recuerda como “un chico majo, con los pies en la tierra. Hablaba con todos los niños indios, paquistaníes y de cualquier religión. No creo que fuese especialmente religioso en aquella etapa”.

Jihadi John, cuyo nombre real es Mohamed Emwazi, nació en Kuwait en 1988 pero residía en Reino Unido desde que era niño y llevaba en el radar de los servicios de seguridad desde hace varios años. Un diputado conservador dijo que el caso de Emwazi muestra que los servicios de seguridad británicos han sido ineficaces.

“Teniendo en cuenta los números que parecen haberse “colado a través de la red”, es legítimo preguntarse: ¿cuántas personas más deben morir antes de que empecemos a mirar más de cerca la estrategia de nuestros servicios de inteligencia?”, escribió el diputado en una carta publicada en el periódico británico The Guardian.

En agosto de 2014, Jihadi John apareció por primera vez en el vídeo de la ejecución al periodista estadounidense James Foley, y más tarde lo hizo en otros del cooperante escocés David Haines, el periodista estadounidense Steven Sotloff, el taxista Alan Henning y el cooperante Peter Kassig.

Jihadi John intentó ocultar su identidad por todos los medios en estos vídeos. Se cubre de pies a cabeza de negro, a excepción de las botas y los ojos, que quedan visibles entre una máscara. Lo único que quedaba claro era su acento británico, para muchos de la capital británica y esta semana se destapó que efectivamente lo es.

El terrorista se graduó en sistemas de información y gestión empresarial por la universidad londinense de Westminster en 2009. Desde la institución suspendieron un evento el jueves que llevaba por título ¿Quién es Muhammad?, que iba a llevar a cabo Haitham al-Haddad, de la Sociedad Islámica del centro, por motivos de seguridad.

Una campaña recogió 3.000 firmas para que no se llevara a cabo el acto, acusándolo de describir la homosexualidad como una “plaga” y “acto criminal”, si bien Haitham al-Haddad dijo que el argumento del evento no estaba centrado en la sexualidad.

“En la religión del Islam, está claro que los actos homosexuales son un pecado y son ilegales. Tratar de censurar el discurso legal no cambia este hecho”, dijo Haitham al-Haddad, mientras que desde la universidad se emitió un comunicado aclarando que “los eventos que han sido considerados sensibles han sido suspendidos”.Mohammed Emwazi llegó a considerar el suicidio por el continuo acoso de los servicios secretos británicos MI5, según reveló ayer el dominical The Mail on Sunday.

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