Tenían ya todo preparado para viajar a Siria o a Irak (cuesta creer que para hacer turismo), pero no podrán hacerlo. Las autoridades francesas han confiscado el pasaporte y el DNI a seis de sus ciudadanos para evitar que puedan viajar a Siria para unirse al autodenominado Estado Islámico (IS), el grupo yihadista que controla amplias zonas de esos dos países.

Se trata de los primeros pasaportes confiscados en Francia desde que en noviembre pasado entrara en vigor la nueva legislación antiterrorismo, que entre otras cosas busca poner freno al número de franceses que abandona el país para unirse a grupos terroristas yihadistas en Oriente Próximo. Según aseguró el mes pasado el primer ministro, Manuel Valls, se calcula que 1.400 personas residentes en Francia se han unido o están planteando unirse al Estado Islámico en Siria o Irak. De ellas, unas 400 estarían luchando en estos momentos dentro de grupos yihadistas.

«En estos momentos se han firmado seis prohibiciones administrativas para abandonar el país, y hay unas 40 en preparación», señalaba ayer el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve. «Esta medida era necesaria porque los franceses dispuestos a cometer acciones en Irak y Siria, a su regreso representan un peligro aún mayor para el territorio nacional y corren el riesgo de coeter atentados terroristas de gran escala», añadió.

Los seis primeros franceses a los que se ha prohibido abandonar el país vecino son todos ellos varones, y tienen entre 23 y 29 años. En principio, el pasaporte y el DNI les ha sido retirado por seis meses, pero podría ampliarse la medida hasta los dos años.

Desde los atentados en enero pasado contra la revista satírica Charlie Hebdo y contra un supermercado de comida judía, en los que perdieron la vida 17 personas, las autoridades francesas están redoblando sus esfuerzos para luchar contra el terrorismo yihadista.

Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, de los 1.465 yihadistas del Estado Islámico y los 73 del Frente al Nusra abatidos en los últimos cinco meses producto de los ataques de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, la mayoría tenían pasaporte europeo.