La pérdida de población es uno de los principales problemas y retos de futuro a nivel social a los que se enfrenta Eibar. Esta dinámica no es algo novedosa sino que viene afectando a la localidad desde la década de los años ochenta. En el periodo 1981 – 2001 fue una de las diez ciudades con un mayor declive poblacional a nivel del Estado, y la primera de la Comunidad Autónoma Vasca.

En el propio estudio del Plan Estratégico recoge la situación de pérdida de población que padece Eibar. Esto se hace más patente con el último censo, en el que el número de empadronados suman 27.440. Su descenso es notable teniendo en cuenta que hace diez años, en el 2004, era un número de 28.006, un total de 566 más de los que se registran en estos momentos.

Sin embargo, si ampliamos el horizonte temporal a 1998, año en el que se abordó el primer plan estratégico, la disminución de la población se sitúa en el 7,8%, registrándose en términos absolutos una pérdida de 2.308 personas. Esta caída fue especialmente intensa durante el periodo 1998 – 2007.

Dos son las causas que pueden ayudar a explicar esta situación. Por un lado, se encuentra el retorno de parte de la población inmigrante que llegó al municipio durante la década de los 60 y 70, y que después de alcanzar la jubilación regresan a sus municipios de origen. Por otro, la búsqueda de los habitantes jóvenes de Eibar de una mayor calidad de vida en otras localidades guipuzcoanas, como Donostia, Zarautz o Deba.

La reducción de población que se ha producido en Eibar durante el periodo 2008 – 2013, contrasta con la experimentada a nivel comarcal, provincial y autonómico, en cuyo caso han registrado un incremento poblacional superior al 1,5% en todos los casos. Especialmente relevante es la capacidad del resto de municipios de la comarca del Bajo Deba, que en su conjunto durante el periodo 2008 – 2013 han registrado un aumento poblacional del 3,2%, lo que en términos absolutos supone 870 habitantes más frente a la pérdida de Eibar.

«Pérdida de liderazgo»

Otra de las consecuencias de esta caída de la población es que Eibar ha perdido peso respecto al entorno comarcal. En el año 1998 la ciudad armera concentraba más de la mitad de la población del Bajo Deba, concretamente el 53%, mientras que en 2008 este porcentaje se había reducido al 50,2%, hasta alcanzar el 49,3% de 2013. «Esta pérdida de liderazgo ha sido constante tanto en el periodo 1998 – 2013 como en los últimos cinco años», según se recoge en el Plan Estratégico.

Evolución

La población de Eibar en1850, contaba con 3.500 habitantes; en 1900, con 6.500 habitantes; en 1940, hasta 11.800 habitantes, momento en el que se inicia el boom del desarrollo industrial, en 1960, con 31.700 habitantes, con un registro de 803 nacimientos, y en 1965, con 35.617 habitantes, año en el que hubo más nacimientos, con un total de 915. En 1978, se llega al límite con 39.561 habitantes, la mayor censada en Eibar. A partir de aquí, se inician los descensos. El período más significativo fue entre 1980 y 1986, cuando la población eibarresa descendió a un ritmo anual de mil personas hasta quedarse en los últimos años con la media de los 27.400 habitantes.