España

Melilla: el sueño de pisar Europa sin salir de África

ABC, EFEMADRID, 31-12-2014

Durante el año, más de 2.100 subsaharianos han superado los seis metros de vallado en 19.000 intentos individuales

Melilla ha sido durante 2014 uno de los focos mediáticos debido a la extrema presión migratoria que ha sufrido la ciudad, convertida en una de las vías de entrada de inmigrantes, tanto subsaharianos como sirios, conscientes de que están pisando suelo europeo sin salir de África.


Aunque las cifras de entrada de inmigrantes a Melilla, alrededor de 5.000, suponen un pequeño porcentaje del total de extranjeros que fijan sus ojos en la UE, lo cierto es que el fenómeno migratorio ha marcado el devenir de una ciudad que apenas cuenta con una superficie de 12 kilómetros cuadrados y una población de unos 85.000 habitantes.


Durante el año, se han registrado unas 70 tentativas de entrada a través del vallado, la última de ellas este mismo martes, que han sumado 19.000 intentos individuales se mide así, ya que algunos inmigrantes han participado en ellos en más de una ocasión y en los que más de 2.100 subsaharianos han conseguido superar los seis metros de altura del triple obstáculo que compone el perímetro fronterizo.


En 2013, en cambio, se produjeron unas 2.500 entradas, de las que 1.047 fueron subsaharianos que consiguieron saltar la valla de un total de 5.183 que lo intentaron en 92 tentativas, de las cuales llegaron a consumarse 35. Los intentos de entrada por la valla se recuperaron a partir del año 2012, después de un «parón» derivado de las medidas adoptadas tras las conocidas «avalanchas» del año 2005. En 2011 se produjo una única tentativa de entrada masiva por el perímetro, mientras que, sólo un año más tarde, se elevaron a 28.


Las cifras demuestran que la presión migratoria ha crecido de manera considerable sobre Melilla, pero esa presión no sólo se vive en la valla, sino que también afecta a los pasos fronterizos, por donde han accedido cientos de sirios que han huido de su país, azotado por la guerra.


Y es que, si en la ciudad han entrado unos 5.000 inmigrantes en 2014 y sólo unos 2.100 lo han hecho por la valla, ello supone que, más de la mitad, lo han hecho por los puestos fronterizos, a excepción de los poco más de 200 que lo han hecho a bordo de pateras.


La diferencia en el dato tiene una única explicación: la inmigración siria, que comenzó a registrarse a partir del verano de 2013, pero que ha ido aumentando progresivamente en los últimos meses, con un goteo incesante de entradas. Se trata de una inmigración que ha pasado más desapercibida, debido a que acceden a la ciudad por los pasos fronterizos, sin «hacer ruido», según han explicado fuentes policiales.


Lo hacen aprovechando su parecido físico con los marroquíes, lo que dificulta más su detección y su control, ya que son alrededor de 30.000 las personas que cada día cruzan alguno de los cuatro puestos fronterizos que existen entre Melilla y Marruecos. Se desplazan a pie o en vehículos, donde incluso se ha detectado a niños sirios haciéndose pasar por falsos hijos de melillenses de origen bereber, que pretendían acceder con el DNI de otro menor residente en Melilla, algo por lo que pagan cantidades altas de dinero.


Ya en la ciudad autónoma, recuperan su pasaporte sirio y acuden con su verdadera identidad a la Jefatura Superior de Policía, donde se les aplica la Ley de Extranjería y se les da de alta para su ingreso en el Centro de Estancia Temporal (CETI), aunque algunos, una minoría, opta por residir en hostales o pisos que ellos mismos alquilan. Pese a que se podrían valer de su condición de refugiados, los sirios son reticentes a utilizar la vía del asilo, lo que les otorgaría una protección internacional.


El motivo por el que los sirios actúan de esta manera, utilizando documentación falsa y sin pedir asilo, es porque tratan de evitar las consecuencias de la aplicación del convenio de Dublín, que les obliga a residir en el país donde piden asilo, cuando ellos en su mayoría desean ir a otros países donde tienen familiares o comunidades sirias que les pueden prestar apoyo, como son Francia o Alemania. Y es que la normativa vigente fija que la solicitud de asilo será examinada por solo un estado miembro, con el objeto de prevenir que los solicitantes de asilo sean reenviados de un país a otro o que se abuse del sistema y una sola persona presente varias solicitudes de asilo en distintos sitios.


Subsaharianos, sirios o argelinos…Melilla ha vivido en 2014 su principal «crisis» migratoria, algo que ha llevado a sus habitantes, día sí y día no, a estar pendiente de su frontera, de las sirenas de la Guardia Civil o del ruido de las aspas del helicóptero que, prácticamente a diario, sobrevuela el perímetro de madrugada.

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