El palito de abollar ideologías

Diario Sur, Ana Barreales, 16-12-2014

Una fotografía en la que se ve a Mafalda tocando la porra de un policía y diciendo: «¿Ven? este es el palito de abollar ideologías» ilustraba la portada de este periódico el viernes pasado. La imagen corresponde a una exposición que se acaba de inaugurar en la Térmica con motivo del 50 aniversario del personaje de Quino. La viñeta fue creada hace muchos años, pero perfectamente podría aludir a la ‘ley mordaza’ que acaba de aprobarse. Da bastante que pensar que después de tanto tiempo la mayor parte de sus críticas sigan estando plenamente vigentes. Tampoco se entiende que una ley importante como ésta se apruebe con los votos en solitario del PP. Un poco de esfuerzo por buscar consensos, hombre, que no nos van a durar nada las leyes a este paso.

Claro que ésta protege contra problemas tremendos, que están en la cabeza de todos ahora mismo, como escalar edificios o monumentos sin autorización, pero ¿Quién hace eso además de Greenpeace o los jugadores del Madrid cuando se suben a la Cibeles? Si algo destaca de la ley es su especial hincapié en limitar el derecho fundamental de protesta, aunque ésta sea pacífica, lo que supone en parte criminalizar a quien se manifiesta. Ampara a las fuerzas de seguridad para rechazar a los inmigrantes que se encuentren en la valla de Ceuta y Melilla, lo que supone, en la práctica, legalizar las ‘devoluciones en caliente’, un término espantoso que se usa para decir con pocas palabras que se puede devolver a un extranjero a su país sin que tenga derecho a que se compruebe si es menor o refugiado, por ejemplo. Es decir que se le trata como si fuera de una raza humana que no merece la pena.

El ministro Jorge Fernández se defendía de las críticas diciendo : «Si me dan la dirección donde a esta pobre gente la podemos trasladar, garantizar su manutención y que les den trabajo les aseguro que les enviamos. Pero hay mucha hipocresía. Digan a cuántos inmigrantes están dispuestos a acoger y si no lo hacen, cállense». (mejor me reservo mi opinión sobre los que utilizan la expresión ‘esa pobre gente’ para referirse a personas como ellos a los que tratan como si no fueran tales). Y le oía luego seguir con el mismo argumento en una radio, explicando que es muy fácil defender determinadas posturas desde un despacho en el norte de Europa. Tiene razón el ministro, que no se ve la vida igual, dependiendo desde dónde se mire. Que se lo cuente a los inmigrantes que se juegan la vida para saltar la valla.

«Las manifestaciones serán más libres porque están protegidas de los violentos», ha dicho un portavoz del PP, que es como acabar con las injurias recuperando la censura, o atajar un sarpullido cortando la pierna. Nunca me imaginé que diría esto, pero va a tener que volver la canción protesta. A la voz de ya.

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