Se van tal y como hicieron en su día sus abuelos, en busca de un trabajo que su país no les ofrece. Los datos hablan claro: Italia vuelve a ser un país de emigrantes y, pese a lo que sugieren las barcazas que llegan a Lampedusa cargadas de inmigrantes procedentes del norte de África, cada vez son menos los extranjeros que lo eligen como meta en Europa mientras que otros muchos lo abandonan para volver a casa. Es la fotografía que ayer presentó el Instituto de Estadística italiano (ISTAT) con los datos de 2013 y que indican un cambio sustancial en el movimiento de la población.

La escasez de oportunidades de trabajo ha llevado en 2013 a 82.000 italianos a cambiar de país. Se trata de un 20,7 % más que en el año anterior y es el número más alto de los últimos diez años. También el número de extranjeros que abandonan Italia aumenta en un 14,2% y alcanza las 44.000 personas. En paralelo, disminuyen las personas que llegan del exterior que ahora son 279.000, un 12,3% menos que en 2012.

Los nuevos emigrantes italianos eligen sobre todo Reino Unido, Alemania, Suiza y Francia, las mismas metas que ya fueron destino de sus abuelos en los años 60 y 70. La diferencia es que ahora el 30% de los mayores de 24 años son licenciados, sobre todo los jóvenes que se instalan en Reino Unido.

Son datos que confirman los ya presentados en octubre en el IX Informe Italianos en el Mundo 2014 de la Fundación Migrantes, que ponía de relieve cómo la cifra de jóvenes emigrante superaba el flujo de trabajadores extranjeros en Italia. La situación de 2014 será aún peor, según vaticina Coldiretti, la asociación de agricultores que en un estudio revela cuales son los motivos que empujan a los jóvenes italianos a abandonar su país. Para el 19 , Italia es un país sin iniciativa en el que no se toman decisiones, mientras que el 18 % culpa de la situación a los impuestos altos y el 17 % acusa a la meritocracia como la causa principal de la falta de trabajo para los jóvenes. Un 57 de los varones menores de 35 años y un 45 % de la mujeres de la misma edad, están dispuestos a hacer las maletas aunque las cifras son mayores entre los jóvenes de 18 – 19 años, un 59%. «Para un país viejo como Italia la posibilidad de abandono de la que hablan la mayoría de los jóvenes italianos es una pérdida de recursos insoportable si se quiere volver a crecer» afirma el presidente de Coldiretti, Roberto Moncalvo.

La comunidad extranjera más presente en Italia es la rumana con unos 58.000 ingresos aunque las llegadas han disminuido 23.000 personas, un 29% menos con respecto a 2012. Le siguen los marroquíes, que llegaron a 20.000, los chinos, 17.000, y los ucranianos, 13.000.