Internacional

La oposición llama «bárbaro» a Cameron por no apoyar los rescates en Lampedusa

ABC, luis ventosocorresponsal en londres, 31-10-2014

El dispositivo italiano, que ha salvado 3.000 vidas en un año, será sustituido mañana por un programa muy mermado de la UE

Hace un año, el trágico naufragio cerca de Lampedusade una barcaza atestada de inmigrantes despertó las conciencias europeas, que parecían ya impermeables a un drama endémico en el Mediterráneo, que se disparó tras el descontrol en Libia. Aquel día murieron 300 personas y el Papa Francisco se erigió en el portavoz de esas víctimas sin nombre, denunciado con vigor la «vergüenza» del paupérrimo sistema de socorro y la dureza de corazón de la Europa todavía opulenta. Las autoridades italianas se pusieron coloradas y montaron la operación «Mare Nostrum», con 32 buques de la Armada, incluidos dos submarinos. El dispositivo resulta oneroso para las arcas italianas – 9 millones de euros al mes – , pero ha salvado tres mil vidas en solo un año. Pero a pesar de su indudable éxito humanitario, este sábado concluirá «Mare Nostrum», que será sustituido por «Tritón», un programa de la Unión Europea mucho más modesto, con solo seis buques, dos aviones y un helicóptero. Además, «Tritón» solo patrullará en las 30 millas más próximas a la costa.


Oenegés como Cáritas y Save the Children han advertido que con el cambio de modelo puede producirse una «catástrofe humanitaria». El almirante italiano Filippo María Foffi ha expresado su esperanza en que la Marina de su país continúe auxiliando a los náufragos, pues parece claro que «Tritón» resultará muy insuficiente. Pero el ministro del Interior, Angelino Alfano, recalca que «Mare Nostrum» debe concluir, porque «era una operación de emergencia» pensada para un año, y aboga por «otras estrategias», como la manida, loable, pero siempre vaporosa «ayuda en los países de origen».


El debate se vive también con intensidad en el Reino Unido. El Gobierno de Cameron, temeroso de que el partido eurófobo UKIP le robe votos con su bronco discurso contra los inmigrantes, trata de adoptar un aire de dureza similar y ha anunciado que su país no apoyará más rescates en el Mediterráneo. Ayer el ministro de Inmigración, James Brokenshire, defendió esa postura el Parlamento y alegó que con ella «se trata de salvar vidas, no de ponerlas en peligro». Su razonamiento es que el dispositivo de rescate hace que «los despreciables traficantes de seres humanos» envíen más barcos y peor dotados, sabedores de que la Armada se hará cargo si surgen problemas. Al viajar más gente, más vidas se ponen en peligro, explicó el ministro. El diputado laborista Barry Gardiner le respondió así: «En todos mis años enseñando filosofía no había escuchado nunca un sofisma como el que ha dicho usted hoy aquí». Su compañera Diane Johnson acusó al gobierno conservador de estar incurriendo en «un abandono bárbaro de los valores británicos» y habló de «vergüenza»: «Dejar morir a miles de personas nunca puede ser una respuesta», zanjó la diputada.


Pero los conservadores, acuciados por las encuestas, que marcan una fuerte crecida del xenófobo UKIP a su costa, están anteponiendo la demagogia antiinmigración a los principios morales. El último sondeo de cara a las generales del próximo año, publicado por «The Sun», sitúa por delante a los laboristas, con un 34% de los votos, a pesar de las enormes dudas que suscita su líder, Ed Miliband. Los conservadores tienen el 31%, poco, a la vista de la espectacular mejora de la economía. UKIP, la gran sorpresa, alcanza el 17%; y los Verdes, con un 7%, adelantan por primera vez a los Liberal Demócratas. La formación de Clegg, un partido bisagra que ya no ilusiona a nadie y que paga su coalición de estos años con los tories, cae al 6%.

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