Transcurría el año 1984 cuando el viernes 19 de octubre una recién nacida Televisión de Cataluña emitía por vez primera 30 minuts, un programa que surgía con el propósito consciente de informar y formar la sociedad catalana de forma escrupulosa sobre lo que ocurría dentro y fuera de sus fronteras. Guerras, migraciones, desastres naturales, política catalana y española… durante treinta años el popular programa de información de TV3 no ha perdido su vocación de narrar, mediante la forma del reportaje audiovisual, la realidad del tiempo actual con solidez y valentía. Ahora después de 1.574 documentales, 980 de los cuales de producción propia, la veterana trasmisión catalana celebra su trigésimo cumpleaños con ‘Èxodes’, el reportaje número 1.575.

“Filosóficamente tengo una deuda con este programa por todo lo que me ha enseñado. A lo largo de 30 años hemos tratado de explicar y explicarnos la historia y la actualidad a través de un tipo de periodismo comprometido que seguimos reivindicando cada semana”, afirmó Eduard Sanjuán, director y presentador de 30 minuts desde 2008, año en que el periodista catalán sucedió a Joan Salvat. Durante estas tres décadas el programa, cuyos documentales han sido emitidos en 104 cadenas de televisión por los cinco continentes y que desde 1986 se distribuye a nivel internacional, siempre ha manifestado una afición especial por la temática de la emigración, que no por casualidad es protagonista del reportaje de realización propia de una hora de duración que 30 minuts presentará esta noche en TV3 en su horario habitual, a las 22.00. “Decidimos celebrar este aniversario relatando y buscando las historias de individuos que en primera persona viven o han vivido la experiencia del éxodo que se produce por causa de los conflictos armados”.

El documental Èxodes, realizado por los periodistas Jordi Regàs y Mireia Pigrau, no es meramente un reportaje sobre la situación del pueblo sirio, que al día de hoy representa el caso más significativo de migración masiva forzada a otros países desde la época de la Segunda Guerra Mundial (el número de refugiados sirios actualmente supera los 6 millones), sino también un tentativo más amplio de examinar las raíces de un problema que ha afectado, una vez tras otra, las existencias de millones de personas obligadas a buscar hospitalidad fuera de su país natal a causa de las guerras. “Queríamos hablar del éxodo, al que el programa ha dedicado muchos reportajes durante estos años, mirando al mismo tiempo a aquellos pueblos que ya han pasado por circunstancias parecidas, en particular a los bosnios. Se trata de coger un tema eterno, como es la cuestión de los refugiados, tratando de actualizarlo”, declaró Regàs que para la producción del reportaje, conjuntamente con Pigrau y el equipo técnico de 30 minuts, ha recorrido los campamentos de refugiados en Jordania y Melilla y ha vuelto a Sarajevo donde ha encontrado los mismos protagonistas que el programa ya había entrevistado al comienzo de los ’90, en ocasión de los documentales L’enemic invisible (1992) y Les roses de Sarajevo (1995).

En el proyecto la actualidad de la guerra siria y la historia del conflicto bosnio, que duró ininterrumpidamente desde abril de 1992 hasta diciembre de 1995 y generó casi 2 millones de desplazados, se juntan y dejan claro que la experiencia del éxodo no se acaba con el fin de la guerra, más bien se asimila de manera paulatina y reaparece constantemente en forma de trauma en los recuerdos de la gente que ha sobrevivido. “A través de la Guerra de Bosnia hemos intentado buscar algunas de las llaves para interpretar lo que podría pasar ahora con Siria”, aclaró Sanjuán que ha asegurado también sentirse “orgulloso” de un programa que, entre otras cosas, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Comunicación en 2009, el Premio Ciutat de Barcelona a la trayectoria en 1987 y 2009 y la Medalla FAD (Fomento de las Artes y el Diseño) en 2004.

Desde 1984 muchas cosas en la difusión de la información han cambiado, sin embargo, según Sanjuán, más allá de las progresos técnicos, el reporterismo sigue poseyendo la misma eficacia. “Si bien en estos años la forma ha ido evolucionando y nos consiente hacer cosas que antes no podíamos permitirnos, el objeto de un reportaje se mantiene firme. La fuerza de un testimonio bien explicado y la emoción que esto conlleva no se ha alterado”, observó tras haber subrayado también el papel clave que 30 minuts ha cumplido para la constitución de una consciencia crítica para los catalanes.