Lo indecidible

El Mundo, IMANOL ZUBERO, 15-10-2014

El jurista Luigi Ferrajoli habla de «la esfera
de lo indecidible» para referirse a aquellos
principios fundamentales que, en una democracia,
están sustraídos a la voluntad de
las mayorías. Es la paradoja democrática:
cuando se propone un derecho como fundamental
es preciso sustraerlo de la decisión
política para que ninguna mayoría
pueda decidir su abolición o reducción. No
todo se puede decidir en democracia. Es un
planteamiento que, entendible en abstracto,
resulta complicado en la práctica. Pensemos
en el proceso soberanista en Cataluña:
muchas personas e instituciones, el Gobierno
de España entre ellas, consideran
que el referéndum de independencia afecta
a cuestiones situadas en la esfera de lo
indecidible y que por ello no puede ni, sobre
todo, debe celebrarse.
Seguro que el alcalde de Vitoria comparte
el argumento de Ferrajoli, y acaso considere
adecuada su aplicación para el caso
del referéndum catalán. Sin embargo, no
pensará lo mismo respecto de su decisión
de recoger firmas para excluir de las ayudas
sociales a un número indefinido de personas
que viven en Euskadi. Al fin y al cabo,
lo del referéndum vendría limitado por la
Constitución, que no dice nada contra consultar
a la ciudadanía sobre quiénes merecen
ayudas sociales y quiénes no.
Sin embargo, existiendo una indecidibilidad
constitucional, existe también y sobre
todo una indecidibilidad constituyente,
de carácter moral, que nos permite
imaginarnos como sociedad. Citando al
sociólogo y premio Príncipe de Asturias
Zygmunt Bauman, «no somos morales
gracias a la sociedad, sino que vivimos en
sociedad gracias a ser morales».
¿Qué pretende el Sr. Maroto con su iniciativa?
Si busca acomodaciones de carácter
técnico, modificaciones para ganar eficiencia,
es poco lo que la ciudadanía puede
aportar. Hay otros medios para ello,
plenamente a su alcance. Si busca transformaciones
sustantivas, que afecten a
nuestra concepción de los derechos, nuestros
sentimientos de pertenencia, nuestras
experiencias de vecindad, la consulta que
propone entra de lleno en la esfera de lo
indecidible. No desde una perspectiva jurídica,
sí desde una perspectiva societal:
porque lo peor que le puede ocurrir a una
sociedad es entrar en dinámicas de extranjerización
que separen entre vecinos/
ciudadanos y habitantes/ocupantes,
abriendo en su seno un abismo de sospecha,
desconfianza y resentimiento.
Los representantes políticos tienen la
obligación de atender a los problemas que
plantea la ciudadanía, recogiendo sus quejas
y temores; pero también de acompañar
a esta ciudadanía en la depuración de estos
temores. El Sr. Maroto ha demostrado
su capacidad de escucha, y eso es bueno;
ahora debería demostrar su capacidad de
liderazgo contribuyendo a generar un espacio
para la conversación democrática
donde la búsqueda de la eficiencia no debilite
el espacio de lo indecidible
Imanol Zubero es profesor de Sociología en la
Universidad del País Vasco.

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