Cuatrocientos noventa y dos inmigrantes de origen subsahariano lograron acceder ayer a Melilla tras protagonizar poco antes de las ocho de la mañana un salto masivo de la valla, al amparo de la densa niebla que cubría la zona. Se trata del salto más importante desde el año 2005.
Un numeroso grupo formado por unos 1.100 inmigrantes estuvo toda la madrugada buscando el momento de saltar sin encontrarlo, por lo que decidieron replegarse momentáneamente al monte Gurugú para finalmente regresar a la frontera al amanecer. Los inmigrantes intentaron escalar por varios puntos de la alambrada, pero la malla antitrepa no los dejó subir hasta que encontraron un hueco en el punto conocido como Río Nano, que todavía no tiene instalada la malla.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, habló con el delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani, para transmitirle su apoyo y comunicarle que ha ordenado el refuerzo de las plantillas de Guardia Civil y Policía Nacional, dada la situación de “emergencia derivada de la extrema presión fronteriza que vive la ciudad”. Fernández Díaz enviará veinte guardias civiles y cien policías nacionales más de las unidades antidisturbios, que se unirán a los 60 miembros del instituto armado y los 50 policías que ya prestan servicio en la zona.
El ministro del Interior insistió ayer en que “Ceuta y Melilla forman parte de España y España está en la UE, por lo que nuestro país no puede ni debe dar una respuesta en solitario”. “Por motivos de solidaridad y responsabilidad compartida, la UE tiene que comprometerse de manera decidida en la resolución de este problema”, reiteró Fernández Díaz.
La entrada de ayer está considerada como la más numerosa desde el 2005, y según el delegado de la ciudad, Abdelmalik el Barkani, ha sido uno de los saltos “más violentos”. El Barkani detalló en rueda de prensa que ha habido 29 atenciones médicas. Un inmigrante tiene fractura de pelvis, y otro un desgarro en el brazo, quizás ocasionado por algún objeto punzante del vallado, por el que ha sido intervenido.
En el lado marroquí se contabilizan unos 33 heridos, cinco de ellos agentes de las fuerzas auxiliares marroquíes. Dos de los inmigrantes sufrieron heridas de consideración “grave”. El Gobierno de Rabat informó de la detención de 252 personas y calificó la actitud de los inmigrantes de “muy agresiva”, dado que lanzaron piedras, palos y todo tipo de objetos contra las fuerzas de seguridad en el momento del salto.
Según la delegación del Gobierno, las adversas condiciones meteorológicas, sobre todo una espesa niebla, unida “al conocimiento cada vez más detallado que los inmigrantes tienen de la valla de Melilla, restaron ayer eficacia al sistema antiintrusión”. Además, la Guardia Civil ha confirmado que durante el salto se empleó material antidisturbios para evitar la entrada de los inmigrantes, sin que se produjeran heridos.
La llegada de estos casi 500 inmigrantes hace que el centro de estancia temporal de inmigrantes (CETI) de la ciudad, previsto para unas 470 personas, se encuentre ahora con más de 1.700. La Cruz Roja ha activado un dispositivo de emergencia compuesto por un hospital de campaña, instalado en la entrada del CETI para aliviar la situación de la enfermería del centro, así como la entrega de 200 conjuntos de ropa, 200 mantas, dos ambulancias, cuatro vehículos y el trabajo de diez técnicos y veinte voluntarios de la organización.
El pasado viernes varios grupos de subsaharianos en los montes de Belyounech confirmaron a un equipo de La Vanguardia que muchos de los “camaradas” habían decidido ir al Gurugú para intentar saltar la valla de Melilla ante las dificultades y la violencia creciente de las fuerzas de seguridad marroquíes en el perímetro fronterizo de Ceuta.