La llegada a Barcelona de la niña secuestrada en Bolivia durante siete meses y recientemente liberada por la policía ha provocado que la juez que lleva el caso haya citado a declarar a los padres, vecinos de l’Hospitalet de Llobregat, como imputados por abandono familiar. Además, les ha retirado temporalmente la custodia de la niña, de diez años, que desde su llegada ayer al aeropuerto de El Prat está bajo los cuidados de la Generalitat en un centro de acogida de menores.
Este confuso caso arranca en agosto del año pasado cuando la menor, de origen marroquí, emprendió un viaje con un vecino de la familia a tierras bolivianas. Los progenitores de la niña autorizaron lo que debían ser unas vacaciones; sin embargo, la situación se alargó hasta el punto de que el traslado fue catalogado de secuestro con el paso del tiempo y ante el hecho de que ninguno de los dos regresó y se cortaron repentinamente todas las comunicaciones. Fueron los padres de la niña los que denunciaron la desaparición en la comisaría de l’Hospitalet. Se activó entonces todo el protocolo para estos casos, con la intervención inicial de los Mossos d’Esquadra y después de la Guardia Civil, además del aparato judicial en Bolivia, donde las pesquisas habían determinado que se encontraba la menor cautiva junto al citado vecino. Este individuo, que había abandonado España con documentación falsa, está en la actualidad preso en la república latinoamericana. El detenido cuenta con antecedentes relacionados con abusos sexuales a dos hermanas. A principios de este mes, agentes de la policía boliviana y de la Guardia Civil liberaron a la niña en una cabaña situada en una zona profunda del Amazonas.
Una vez solventados todos los trámites internacionales, la pequeña ha podido por fin regresar a casa, aunque por ahora no a la normalidad. Miembros del instituto armado la acompañaron hasta El Prat. Tras aterrizar se siguieron las órdenes del juzgado, que consistían en pasar una exploración médica que se llevó a cabo en el hospital de Sant Joan de Déu.
La juez citará a declarar a los padres de la menor por un presunto caso de abandono para que aclaren las circunstancias en las que autorizaron –incluso por escrito, de otro modo no hubiera podido viajar– que el citado fugitivo boliviano se llevara a su pequeña a otro continente. La madre de la niña ha negado recientemente que hubiera vendido a su hija, después de que se hayan despertado diversos recelos en torno a tan sorprendente consentimiento de los progenitores.
Una nota del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya advierte que estas medidas son temporales y reversibles. Los padres podrán ver a la niña siempre que el personal de acogida lo estime conveniente.