Andina Pereira de Brito, brasileña de
35 años y con dos hijos, apareció
ayer estrangulada en su domicilio en
la localidad vizcaína de Mungia. La
encontró un familiar, que hacia las
13.15 horas llamó al teléfono de
emergencias. Dos horas después fue
arrestado su ex novio, vasco, de la
misma edad y con otros dos hijos pequeños,
que tiene en su historial varias
denuncias por malos tratos a
una pareja anterior. Identificado como
J. A., es el «principal sospechoso
» de la Ertzaintza en un caso de
presunto homicidio que el Departamento
de Seguridad vincula claramente
con la violencia machista.
La mujer vivía en un edificio de
cuatro plantas a la altura del número
dos de la calle Iturribide. Allí la
halló inconsciente el personal médico
e intentó reanimarla, pero no pudo
hacer nada. Andina Pereira falleció.
Los sanitarios solicitaron la presencia
de la Ertzaintza por apreciar
indicios de violencia en su cuerpo.
En colaboración con la Policía Municipal,
la Ertzaintza precintó el lugar,
adonde también acudieron agentes
de la Policía Científica.
En torno a las 15.00 horas, los
agentes detuvieron al hombre. Lo
condujeron al vehículo policial entre
gritos de «asesino» e insultos de los
allegados a la víctima. J.A. iba tapado
por una chaqueta de la Ertzaintza
bajo la que se veían unos vaqueros y
una camisa de cuadros. También se
llevaron un coche con matrícula de
Bilbao. Todos los indicios apuntan a
que este hombre, con el que la víctima
había roto, la estranguló. J. A., de
35 años, tenía a su vez dos hijos de
otra mujer de la que se había separado
y estaba imputado por maltrato.
No consta que Pereira le denunciara,
según fuentes de la Ertzaintza.
La víctima, procedente de Río de
Janeiro, deja dos hijos, un chico y
una niña que tuvo con una pareja
anterior. Había llegado a España hace
unos cuatro o cinco años, según
calcula Susana, una amiga que trabajó
con ella en el bar Punto de Encuentro
de la alameda Mazarredo en
Bilbao. Todo apunta a que la joven
tenía al resto de su familia en Brasil
y sólo a sus hijos con ella.
Salía adelante trabajando en varios
bares como camarera, limpiando
casas y locales y cuidando a ancianos.
Hace un tiempo se mudó a
Mungia con su nuevo novio. «Es el
amor de mi vida, y por supuesto
que yo de la suya…. Te amo, mi vida
», escribió Pereira en su página
de Facebook junto a su última foto
con él, en octubre de 2012.
Acoso tras la ruptura
«Era muy buena chica, muy currante
». «Siempre tenía la sonrisa en la
boca», «se llevaba bien con la gente»,
contó a Efe otra amiga llamada Cleide.
Ella había roto con el arrestado,
pero «no la dejaba tranquila». «Se
veía venir», apuntó con tristeza esta
compañera, que la vio por última vez
el domingo. Según su relato, el hombre
la acosaba después de que ella
decidiera romper la relación y marcharse
del piso en el que vivían. Ella
se había mudado a la calle Iturribide.
Había alquilado dos cuartos y empezado
una nueva vida.
La última fotografía que Andina
Pereira colgó en su Facebook es una
cariñosa estampa con sus hijos. La
niña tiene la cabeza en su pecho y la
madre acaricia la mejilla del chico.
Los tres sonríen a la cámara bajo el
comentario: «Mis joyas».
La Junta de Portavoces del Ayuntamiento
de Mungia hizo ayer un llamamiento
a los vecinos para que
participen hoy a las 19.00 horas en
una concentración silenciosa en las
inmediaciones del consistorio. Emakunde
condenó el homicidio.