En el universo semisectario de las
bandas latinas violentas establecidas
en Cataluña los Latin Kings
son, por número, fama y antigüedad
en el territorio, los más conocidos
popular y policialmente. Primera
organización de estas características
en ser identificada en el
territorio, la cual desechó el intento
de la administración de darles
espacio dentro de la legalidad,
sufrió ayer –tras haberse
establecido en el robo,
la extorsión y el trapicheo
de drogas como
únicos modo de superviviencia–
uno de los golpes
policiales más duros de su
historia en Cataluña. Tanto
que fuentes conocedoras
del caso consideraban ayer
que la banda podría haber
sido descabezada.
Los Mossos d’Esquadra
detuvieron ayer a cerca de
una veintena de miembros
de la banda, entre ellos los
considerados por los investigadores
como los presuntos
líderes de la organización
y quienes podrían tener
incluso ascendencia
sobre los capítulos –tal y
como conocen en su jerga
a sus células– establecidos
a escala estatal. Entre ellos
podría encontrarse el conocido
como King Baby White,
un catalán que pese a
las escisiones internas y a golpes
policiales anteriores, ha ostentado
el reinado del grupo en Cataluña
durante los últimos ocho años, según
confirmaron fuentes especializadas
a este diario. Ayer no fue posible
confirmar si su nombre está
entre la lista de arrestados.
Las detenciones se produjeron
durante la 15 entradas en viviendas
y locales de al menos nueve ciudades
difuminadas por las provincias
de Barcelona y Girona –Sant Vicenç
dels Horts, Badalona, L’Hospitalet
de Llobregat, Santa Coloma,
Montcada i Reixac, Sant Andreu
de la Barca y Salt– y en las propias
capitales de provincia.
A las seis de la madrugada, y de
forma coordinada para evitar que
se alertaran entre ellos, se procedió
a la entrada en los domicilios. Un
dispositivo en el que participaron
decenas de agentes entre el Grup
Especial d’Intervenció (GEI); la
Brigada Móvil (Brimo); el Área de
Recursos Operativos (ARRO); y seguridad
ciudadana coordinados
por la División de Investigación
Criminal (DIC). Todos ellos dirigidos
por el Juzgado de Instrucción
número 18 de Barcelona, el cual
podría acusarles –como ha sucedido
con otras bandas latinas– de
pertenencia a organización
criminal en un caso sobre el
que se decretó el secreto de
sumario.
El operativo policial, que
también permitió la incautación
de armas y drogas en
cantidades no especificadas,
fue llevado a cabo a plena
luz del día, lo que despertó
la curiosidad de decenas de
personas y medios de comunicación
durante los registros
y detenciones producidos
en el centro de Barcelona.
Así sucedió en la
confluencia de las calles
Pou de la Cadena y Princesa.
Hasta allí trasladaron esposados
a dos de los detenidos
horas antes –un hombre
y una mujer, la cual amagó
con desmayarse y tuvo que
ser asistida por el Servei
d’Emergències Mèdiques
(SEM)–, quienes asistieron
junto al secretario judicial al
registro que realizó la policía
con la unidad canina para
tratar de localizar drogas en un
local en el que, supuestamente, se
celebraban reuniones de la banda.
También se realizaron detenciones
y registros en pisos en las calles.

COTO A LOS PANDILLEROS

Ofensiva global
contra las bandas

La macrooperación de ayer fue bautizada por
fuentes policiales como la más importante
contra las bandas en Cataluña. Una valoración
que no se basa en el número de detenidos –hace
un año arrestaron a 31 Black Panthers, cuyos
líderes afrontan peticiones de más de 20 años de
cárcel–, sino por su peso simbólico. El golpe a los
Latin Kings –organización mayoritaria en
Cataluña, con entre 800 y 1.000 pandilleros–
también cierra el círculo de la estrategia
conjunta de Mossos, Fiscalía y jueces para
asestar golpes definitivos a las bandas. Una hoja
de ruta que encabeza la División de
Investigación Criminal y que pasa por demostrar
que han pasado de pandilleros a organizaciones
criminales. Así se hizo también con Black
Panthers y la semana pasada con Bloods. Los
Latin Kings han sido, de momento, los últimos en
probar un plan tan contundente como efectivo.