editorial

Tragedia en Ceuta

El Correo, , 07-02-2014

La frontera de Ceuta con Marruecos ha sido, una vez más, escenario de una tragedia protagonizada por personas que intentaban cruzarla para llegar a España, a Europa. El saldo de este nuevo capítulo ha sido de al menos una decena de muertos, por aplastamiento o por ahogamiento. Los países del Magreb, sobre todo Marruecos y Libia, están saturados de africanos que, empujados hacia el norte por el hambre, tratan de cruzar el Mediterráneo (también ayer Italia rescataba a cientos de inmigrantes en las proximidades de Lampedusa). El problema es endémico, y solo tiene una solución: el desarrollo del continente africano, paralizado ahora por la mala coyuntura. Cada tragedia como la de ayer es un recordatorio de que Europa no podrá prosperar en paz si no atiende con decisión esa presión demográfica que le recuerda las grandes desigualdades que bullen a sus puertas. La opción de abrirlas de par en par tampoco es solución, pero sí habría que dar al problema el tratamiento más humano que se pueda hacia unas personas que al fin y al cabo solo aspiran a una vida mejor para ellos y para sus hijos.

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