GERNIKA-LUMO

Los autóctonos que acuden a Cáritas se cuadruplican en un año

Son parejas de entre 35 y 40 años que, tras perder su trabajo y un nivel de vida acomodado, subsisten de la caridad

El Correo, MAIKA SALGUERO GERNIKA-LUMO., 02-01-2014

En estas fechas navideñas en las que el consumo se dispara, vecinos de la zona que se ven obligada a recurrir a las asociaciones benéficas para poder cubrir sus necesidades básicas. Alrededor de doscientas personas fueron atendidas el año pasado en la sede que Cáritas dispone en Gernika. En esta situación de extrema pobreza comienza a emerger con fuerza una clase media que ve cómo sus recursos se ven seriamente mermados como consecuencia de la crisis.
El 40% de las personas que acuden a estos locales son autóctonos que, de la noche a la mañana, se han quedado sin trabajo y con una hipoteca que pagar. Parejas de entre 35 y 40 años que han disfrutado de un nivel de vida acomodado y ahora apenas subsisten gracias a la caridad. En 2012 el demandante local sólo representaba el 10%. «A algunos los llamamos los ‘grandes avergonzados’ porque para ellos acercarse a este local es muy duro», reconocieron desde Cáritas.
El 60% restante lo conforman inmigrantes, en su mayoría de África subsahariana. Anteriormente, los que se acercaban a la sede de la agrupación católica eran rumanos y latinoamericanos que o bien han encontrado un trabajo o cuentan con otro tipo de ayudas. «Pocos extranjeros se han ido a su lugar de origen porque aunque aquí la cosa está mal, servicios públicos como la sanidad y la educación son de mayor calidad», apuntaron.
Las voluntarias realizan una entrevista a los demandantes para conocer, entre otras cuestiones, su situación económica. Valoran la gravedad del caso y depende de sus necesidades se les ofrecen vales con los que pueden canjear por comida. «Nuestra prioridad es asistir a los que carecen de cualquier prestación, incluso la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). Sólo les exigimos que estén empadronados aquí», indicaron. Si necesitan prendas de vestir, el almacén de Goinkale está a rebosar con ropa de buena calidad.
Necesidad de voluntarios
Durante los martes y jueves, de diez a doce de la mañana, ocho voluntarias atienden a los necesitados, clasifican el ropero y les forman en los talleres de costura para que, además de aprender un oficio, intercambien experiencias. Y es que la solidaridad no está en crisis porque el empobrecimiento de la sociedad ha despertado la generosidad de las personas. «Durante las campañas que desarrollamos, la gente se vuelca y los donativos son cada año más. Muchos confían en nuestra labor y eso es de agradecer», afirmaron.
La organización también dedica especial atención al fomento del empleo y la inserción socio-laboral sobre todo de la población inmigrante. «Necesitamos voluntarios que ayuden en la impartición de cursos de formación como talleres de huertos ecológicos, clases de castellano y de cocina para que los extranjeros no sólo vivan de las ayudas y sepan ‘buscarse la vida’, porque carecen de formación. Este será nuestro gran reto porque a veces no sólo se necesita dinero», manifestaron.
Los responsables de Cáritas hacen un llamamiento a las conciencias caritativas para que no bajen la guardia y colaboren de manera altruista bien aportando ropa y enseres o a través del Banco de Alimentos. La ONG también dispone de instalaciones en Bermeo, Ondarroa y Lekeitio. A primeros de este año, abrirá un local en Markina para asistir a los más necesitados.

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