La Costa da Morte no deja de perder habitantes, año tras año. Y la brecha se agrava. En el último lustro, cada dato anual oficial facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) traía consigo un descenso récord: siempre se bajaba un peldaño la escalera en la suma de los municipios de Bergantiños, Soneira y Fisterra: primera vez que se caía de los 120.000; después, de los 119.000… Y así sucesivamente.

Ahora, la franja límite se ha situado en 116.000 habitantes, que de momento se mantiene. Según los datos publicados ayer por el INE, el número de habitantes es de 116.156, cantidad que probablemente ya sea historia porque se trata de una cifra a 1 de enero del 2013, y teniendo en cuenta el incremento de le emigración de este año, más aún. De todos modos, esa cifra es la oficial, a día de hoy, a todos los efectos. Y es levemente inferior a la que el propio organismo estadístico tenía en abril de este mismo año, cuando envió a cada concello los datos provisionales. Entonces sumaban 116.381.

Las caídas ya se cuentan por millares cada año, de promedio, y entre el 2012 y el 2013, esta ratio ha medrado hasta los 1.300, lo que supone una media de 25 personas cada semana, o de 7 cada dos días.

Los 116.000 y poco más es la cantidad más baja en el último siglo, o al menos está en el entorno de las dos primeras décadas del siglo pasado según las series históricas del INE, aunque entonces las técnicas censales y el rigor de hoy no existían y solo deben tenerse en cuenta como estimativas.

Dos décadas de pérdidas

Mucho más indicativas son las más recientes, de las dos últimas décadas. El tope histórico se alcanzó en 1989, con 137.509 vecinos empadronados. Hasta el 2004 (132.352), hubo alzas y bajas, pero desde ese año la bajada ha sido incesante, salvo en el 2008, con un extraño, simbólico e irrelevante crecimiento de 21 personas. La emigración ha tenido mucho que ver en este sombrío panorama, con un incremento notable, sobre todo a Europa y, particularmente, a Suiza. Pero existen otros problemas graves de fondo, como el saldo vegetativo, que ronda ahora las 700 personas en negativo en cada ejercicio por la diferencia entre nacimientos y muertes.

La única nota positiva, aunque tampoco mucho, es que dos municipios, Carballo y A Laracha, incrementan sus vecinos. En ambos casos, en 8 personas. Poco, pero suficiente para abrir una pequeña luz en el panorama de la demografía comarcal.

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