La resolución de la Subdelegación del Gobierno de Málaga ha caído como un jarro de agua fría en la familia de Sofía, que la esperaban estos días en Rabat para celebrar con ella la Navidad. Ella aún no sale de su asombro. No se lo cree. Pero si se marcha, ya no podrá regresar a España. Aquí llegó hace ocho años desde aquella ciudad marroquí para estudiar. Primero en Granada y desde 2006, en Málaga, donde ha acabado la diplomatura de Turismo en la Universidad de Málaga.

En todo este tiempo, el visado de estudios que se le concedió para hacer esta carrera universitaria se le ha ido prorrogando cada año sin problemas hasta que la ha terminado. Ahora, Sofía ha solicitado una nueva moratoria del permiso de residencia al haberse matriculado en el Grado Superior de FP ‘Agencias de viajes y gestión de eventos’, pero la Subdelegación del Gobierno en Málaga ha resuelto denegárselo «al no quedar acreditado en el expediente que el interesado continúe realizando la actividad de carácter no laboral para la que se le concedió el visado de estudios». Lo peor de todo es que Sofía está a punto de convertirse en ‘ilegal’, ya que desde la notificación del acuerdo (fechado el 10 de diciembre), tiene la obligación de salir del país en un plazo máximo de quince días

El abogado Manuel Huertas, que ha anunciado que interpondrá recurso de reposición, tal y como prevé la ley, lamenta la resolución emitida contra la solicitud de su cliente. «Me parece escandaloso que haya personas delinquiendo por ahí y los procedimientos de expulsión se eternicen y a esta joven la obliguen a salir del país en 15 días deprisa y corriendo».

En palabras de Huertas, Sofía es una ciudadana totalmente integrada en España. «Desde pequeña estudió en colegios españoles de Rabat, su pareja es de Málaga, nunca ha recibido ayudas ni becas de la administración, en todo caso, lo que hace es aportar riqueza, no restar», precisa su abogado.

A todo esto, Sofía tiene que sumar otro contratiempo, ya que hace un mes fue atropellada cuando cruzaba un paso de peatones. Ella denunció el suceso. «Estamos a la espera de la fecha de juicio. ¿Cómo se va a presentar si está expulsada?», declara Huertas, que está dispuesto a llegar hasta el final para que este caso se solucione. «Creo que el Derecho es sentido común y este caso, más que profesional es, sobre todo, de principios».

Pero el caso de Sofía es más de forma que de fondo, tal y como explican fuentes de la Subdelegación de Gobierno. «La prórroga de estancia para seguir estudiando se concede cuando la persona continúa con los estudios por los que inicialmente se le concedió el visado. Lo que tenía que haber hecho al terminar la diplomatura en Turismo y teniendo expectativas de iniciar una nueva acción formativa en España era, en lugar de solicitar aquí en Málaga la prórroga del visado que tenía concedido para la carrera, haberse dirigido al consulado de su ciudad y haber tramitado otro visado de estudios por la nueva acción formativa».

Recurrir la resolución

Llegados a este punto, fuentes de la Subdelegación aseguran que Sofía puede recurrir la resolución, pero si quiere seguir estudiando aquí, tendrá que dirigirse a una oficina diplomática de Marruecos y tramitar un nuevo visado. «En principio, no debe deber haber ningún inconveniente ni por parte de su país ni por España, pues en estos años no lo ha habido», precisan.

Desde esta administración en Málaga insisten en que «nunca» ha habido mala fe ni una interpretación restrictiva de la norma, «solo cumplimos con el reglamento». En este sentido, aseguran que a día de hoy el porcentaje de estudiantes expulsados es bajísimo, son datos totalmente «simbólicos» con respecto al resto de expedientes.