El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, tendrá que dar hoy explicaciones ante la comisaria del ramo, Cecilia Malmström, y sus homólogos europeos sobre las concertinas instaladas en la valla de Melilla ya que Bruselas tiene sospechas de que esta alambrada compuesta por unas cuchillas extremadamente cortantes podrían ser ineficaces para detener a los inmigrantes. Así, cree que más que disuadir a estas personas, las concertinas sólo se limitarían a provocarles heridas.

«Voy a hablar con el Gobierno español de esto para averiguar todos los detalles», dijo ayer la comisaria, que también discutirá hoy con los responsables de Interior de los Veintiocho el refuerzo de las operaciones de Frontex para controlar los flujos de inmigración ilegal en el Mediterráneo.

La Comisión Europea tiene sospechas de que las concertinas podrían ser incompatibles con la legislación europea. De momento, los análisis se limitan a la evaluación que se llevó a cabo en el año 2007 cuando se retiraron estos dispositivos. «Por lo que leí en aquel informe, las cuchillas no obstaculizaban la entrada de personas, pero sí les hacían llegar con más heridas», sostuvo Malmström. «Si eso era verdad entonces, probablemente también lo sea ahora», añadió.

Fuentes comunitarias confirman que varias ONG han hecho llegarles quejas acerca de la reinstalación de estas cuchillas en la valla, que precisamente el entonces Gobierno socialista colocó y posteriormente retiró hace ahora ocho años porque causaban profundos cortes en los inmigrantes que intentaban saltar.

Fernández Díaz admitió la semana pasada que su departamento está dispuesto a reconsiderar la colocación de las concertinas si se demuestra que hay otros mecanismo técnicos más eficaces y que cumplen la función de impedir la entrada de inmigrantes irregulares en España.

En la reunión de hoy, la delegación española también reclamará que la Unión Europea aumente los efectivos destinados a luchar contra las mafias que provocan la inmigración ilegal hacia Europa. Ayer la Comisión pidió a los Estados miembros que aporten 14 millones de euros extra al año, así como más medios como embarcaciones o aviones, para endurecer los controles fronterizos en el Mediterráneo.

El Ejecutivo comunitario ha puesto sobre la mesa un total de 38 medidas concretas que se debatirán ahora por primera vez entre los Veintiocho. Los objetivos prioritarios son el refuerzo de la vigilancia, la lucha contra el tráfico de personas, la solidaridad con los países con mayor presión migratoria, entre los que están España e Italia, y la gestión de las políticas de asilo.