El hombre que esta madrugada ha sido hallado muerto en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona, de nacionalidad armenia, se ahorcó con los cordones de sus zapatos sobre las tres de la mañana, han informado a Efe fuentes policiales.

Las mismas fuentes han precisado que llevaba doce días internado en el CIE en espera de ser expulsado por orden judicial.

De acuerdo a la legislación vigente, cuando las peticiones de las Fiscalía no superan los seis años de cárcel en delitos, los inmigrantes pueden ser expulsados a su país.

En este caso su expulsión ya había sido autorizada y el interno, con antecedentes por robo con violencia, tenencia de armas y tráfico de drogas, iba a ser deportado a su país dentro del plazo que la normativa establece, de unos 60 días.

Las fuentes han explicado que había mantenido una discusión verbal con compatriotas, que pidieron no compartir la celda con él.

Por ese motivo, la víctima estaba sola pero no había dado señal alguna de que pudiera quitarse la vida, según las citadas fuentes, que han añadido que en la ronda nocturna a las 00.30 horas pidió un cigarrillo y los vigilantes le encontraron calmado.

Las fuentes han recordado que al no tratarse de presos, la Policía no puede intervenir a los internos de los centros de internamiento de extranjeros ni sus cinturones ni los cordones de zapatos.

El suceso ha sido notificado al juez de guardia mientras instruye las diligencias correspondientes sobre esta muerte.