Al otro lado de la valla

Diario Sur, RAFAEL J. PÉREZ PALLARÉS, 03-12-2013

Jesús Catalá, obispo de Málaga, habló ayer en Melilla sobre el drama de la emigración. Dijo que es necesaria una mayor cooperación internacional y ayuda a los países de origen de los inmigrantes. Hace muchos años el que también fuese obispo malagueño, Ramón Buxarráis, afirmó que un emigrante que pisaba el desierto africano entraba en el corredor de la muerte. Ciertamente, abordar la realidad de los flujos migratorios es complejo y dramático en muchos casos. Y por tanto reducir el debate sobre la emigración a cuchilla sí, cuchilla no supone simplificar en exceso una durísima realidad. Al final existe el riesgo de politizar o resolver demagógicamente el drama humano de miles de personas. Muchas de ellas menores. La infancia que emigra es la parte más vulnerable de toda esta historia. Los que necesitan mayor protección y cuidado. Los más indefensos. En un mundo donde no debería haber fronteras hay niños que entran en Melilla vía patera con sus supuestos padres. Al otro lado de la valla los niños son asignados por las mafias a unos adultos que los utilizan sin escrúpulos para facilitar el salto a la Península.

Falta análisis en profundidad que encare sin rubor lo mezquino y ruin que puede llegar a ser el humano. La solución no es fácil. Es compleja. La valla en la frontera de Melilla no es el problema. El problema de fondo es el drama humano de tantas personas, que desean salir de la miseria y buscan unas condiciones de vida dignas. Detrás de cada persona hay una historia. Un proyecto. Quieren un futuro. Tener alguna esperanza. Buscan vivir bien en un mundo nuevo.

Paradójicamente África tiene abundantes riquezas naturales y desde hace siglos ha sido expoliada por colonizadores. Incluso actualmente sigue habiendo aprovechamiento de sus recursos que no inciden en una mayor calidad de vida de sus ciudadanos. Aunque a los inmigrantes cuando llegan a Melilla y pisan suelo español se les atienda lo mejor posible el problema de fondo persiste. Son los gobiernos de uno y otro lado los que tienen responsabilidad en este campo.

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