Donostia. Si bien el Ayuntamiento de Donostia no da permisos para la venta ambulante de comida en sus calles salvo contadas excepciones, al contrario que otras ciudades europeas, es verdad que cada vez proliferan más en la ciudad los eventos gastronómicos al aire libre. Uno de los más concurridos, por no decir el que más, y que se celebra próximamente, el 21 de diciembre, es la tradicional feria de Santo Tomás. Y a esta se suman otras como la feria Zurriola Intercultural con platos de distintos países y que se estrenó con gran éxito la pasada Aste Nagusia, o San Sebastian Gastronomika, que este año tuvo un gran eco mediático.

Lo cierto es que en todos estos eventos se ofrece también comida en la calle, pero al contrario que la venta ambulante de comida, estos se celebran solo en fechas puntuales y siempre en espacios festivos reservados para ello.

La normativa municipal exige que las personas que vayan a manipular los alimentos tengan el carné de manipulador

Además, para la instalación de estos puestos de comida sí hay una regulación no así para la venta ambulante de comida, que es discrecional que establece una serie de condiciones de diferente índole (sanitarias, alimentarias, etc.) y los permisos son otorgados por el departamento de Fiestas o de Cultura, en lugar del área de Servicios Urbanos.

Por ejemplo, esta misma semana se procedió al sorteo para adjudicar el medio centenar de puestos de txistorra que se instalarán en el entorno festivo el día de Santo Tomás.

En términos generales, para colocar un puesto de venta de comida en este tipo de eventos se exige una serie de requisitos como que ningún alimento esté en contacto directo con el suelo; que la localización y dimensiones del puesto de comida no facilite la contaminación de los alimentos; que la basura se deposite en cubos con tapa de acción pedal o que en el caso de manipularse alimentos sin envasar exista una toma de agua de red, jabón dosificador y un sistema de secado higiénico.

En cuanto a las condiciones generales de trabajo, se exige especialmente que el personal que manipule alimentos sin envasar esté en posesión del carné de manipulador o certificado. Un requisito que dudosamente se cumple en ferias masivas como Santo Tomás. Pero eso sería objeto de otro debate.