En el capó de un automóvil apenas
hay espacios entre cables, tubos y
piezas. Pero, con ingenio y cierta temeridad,
un magrebí sin papeles encontró
el jueves el hueco suficiente
para meter el cuerpo entero e intentar
salir escondido de África rumbo
a Europa –su destino final era Francia–
como polizón en el barco que
cubre la ruta Melilla-Málaga. No lo
consiguió, porque la Guardia Civil lo
encontró antes, probablemente salvándole
la vida, ya que los agentes
no dudan de que esta técnica «escabrosa
» puso en «riesgo cierto» su
integridad física. El inmigrante estaba
cabeza abajo, con el cuerpo
completamente contorsionado y
doblado a la altura de la cintura
formando un ángulo de 90 grados
y protegido sólo por un cartón que
hacía las veces de colchón.