Cameron se blinda ante los inmigrantes de la UE

La Razón, Celia Maza, 09-05-2013

David Cameron ha llegado a la conclusión de que sólo con un marcado giro a la derecha pueden aumentar sus posibilidades de quedarse en Downing Street. El «premier» presentó ayer sus propuestas para el próximo curso legislativo y, como se esperaba, el fuerte control de la inmigración se convirtió en la pieza central del programa de su Gobierno. Aún cuando la economía no acaba de recuperarse y el país a duras penas ha evitado una tercera recesión, el líder conservador dejó en un segundo plano a la City para prometer a los británicos mano dura con los extranjeros, con restricciones al paro y la sanidad incluso para los comunitarios. Lo cierto es que el paquete de medidas no ha pillado por sorpresa. El llamado «discurso de la reina» tenía lugar tan sólo una semana después de las elecciones locales en Inglaterra. Y con el partido euroescéptico de Nigel Farage quitando votos como nunca a los «tories», estaba claro que Cameron tenía que recuperar la confianza de los suyos. Debía ofrecer una alternativa que acortara distancias con el UKIP, que, con su programa para poner coto a la inmigración y sacar a Reino Unido de la UE, obtuvo el 25% de los votos en los municipios donde presentaba candidatos.

Como cada año, Isabel II fue la responsable de anunciar las propuestas legislativas. El acto está cargado de pompa real. La soberana, vestida con sus mejores galas, acude al Parlamento en carroza y, tal y como marca el protocolo, manda a un emisario desde el trono de los Lores a la Cámara de los Comunes, donde los diputados le reciben con el tradicional portazo. Pero a pesar de las formas, la ceremonia no deja de ser un importante acto político. Y en esta ocasión, había más interés que nunca por saber cómo Cameron iba a afrontar la segunda parte de su legislatura antes de las elecciones generales de 2015, en las que hoy por hoy, tiene complicada la mayoría absoluta. Entre la batería de medidas presentadas ayer destacaron la promesa para restringir el acceso de los inmigrantes de la UE a la prestación por desempleo a los seis meses –si no están buscando activamente trabajo y no puede demostrar que tienen una oportunidad real de conseguir empleo– y colocar nuevas responsabilidades a los Estados miembros de la UE para pagar si sus ciudadanos utilizan el Sistema Nacional de Salud. Se publicaron nuevas indicaciones a las autoridades locales para dar prioridad a la población local en la vivienda social y se anunciaron multas más severas a las empresas que utilizan mano de obra ilegal e incluso a los caseros que no verifiquen si sus inquilinos son «sin papeles». Por otra parte, se facilitará la deportación de delincuentes extranjeros y se impedirá que los inmigrantes ilegales obtengan el permiso de conducir, utilizado como forma de identidad junto con el pasaporte. Cameron también introducirá una nueva prueba de residencia a las personas que quieran residir legalmente en Reino Unido durante al menos doce meses antes de que tengan acceso a asistencia jurídica civil. Claramente, los planes van encaminaos a frenar la entrada masiva de rumanos y búlgaros que, a partir de 2014, podrán entrar sin restricciones al mercado laboral británico. Sin embargo, la Comisión Europea acaba de presentar unas medidas aperturistas en relación a la libertad de movimiento en la UE. Se avecinan, por tanto, tiempos difíciles en las relaciones entre Londres y Bruselas. Aunque estaba previsto aprobar un permiso para que la Policía pudiera acceder a la lista de direcciones visitadas por los internautas y a quién han enviado correos electrónicos, los liberal demócratas dijeron que esta medida no será aplicada.

Por último, otra pieza legislativa fue la reforma de las pensiones, que permitirá a los jubilados cobrar una pensión única semanal de 144 libras (167 euros), en lugar de las actuales 107 libras (124 euros), que se redondea con otros pagos por diversos conceptos. El Gobierno que preside el líder conservador ha reducido en un tercio la inmigración neta en Reino Unido desde su llegada al poder en 2010. Es posible que su nuevo programa reduzca aún más la cifra y acorte distancias con el UKIP, el que se ha convertido en su enemigo más directo. Pero las nuevas propuestas podrían alejarle aún más de su objetivo económico para reducir la deuda histórica del país y, lo que es peor, enfrentarle al resto de miembros de la UE.

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