Sara es latinoamericana y no tiene papeles. Un día de este invierno, el 26 de enero, entró en Urgencias de la Fundación Jiménez Díaz ahogándose en su asma crónica. Cuenta que, pegada a una pared mientras buscaba el aire que no tenía, le hicieron firmar un papel. Con su rúbrica apresurada en el folio, la metieron en un box y fue atendida por médicos que la tranquilizaron. Unas horas más tarde, ya de noche, le dieron el alta, mujer oxigenada por fin. Se marchó, pero 10 días después abrió su buzón y se encontró una carta insólita: una factura por los servicios prestados. Sus urgencias, gracias: 413 euros.

Hospitales públicos de al menos Madrid, Navarra, Castilla-La Mancha y Valencia están facturando a inmigrantes en situación irregular la atención que les prestaron en Urgencias, según tiene registrado Médicos del Mundo (MdM) y ha comprobado en algunos casos este periódico.

El modus operandi es similar: la persona sin papeles es atendida en Urgencias y recibe una comunicación para que «tan pronto como le sea posible» presente «en el Departamento de Facturación» una fotocopia del seguro. Esa misma carta le advierte de que si el centro no obtiene respuesta en varios días (20 en muchos casos), el hospital «le pasará la factura a usted directamente».

El Real Decreto que el Gobierno aprobó en abril y entró en vigor el 1 de septiembre excluye de la atención sanitaria a las personas no aseguradas (la mayoría inmigrantes irregulares). Pero el artículo 3 habla de las «situaciones especiales» y abre la asistencia a extranjeros «no registrados ni autorizados como residentes en España» en dos ámbitos: urgencias por enfermedad grave o accidente y embarazo, parto y posparto.

«Tenemos recogidos cientos de casos de personas a las que se les ha exigido el pago de la atención en Urgencias. Y eso la nueva normativa lo prohíbe. La salud no es un lujo, es un derecho», sostiene MdM.

Las fichas que tiene registradas esta organización revelan nombre y apellidos. Algunas de esas personas, como Sara, han hablado con EL MUNDO bajo la condición de no revelar su verdadera identidad, aunque en varios casos no han tenido inconveniente en mostrar su rostro.

Se llaman Lada, Sara, Ascen, Mara, A. R., V. R., Shiku, Carmen…

‘Lada’.El día de Nochebuena fue atendida en Urgencias del Hospital Clínico de Madrid por una fisura anal. Su hija cuenta que el hospital quiso cobrarles 120 euros, pero que se negaron. Recibieron una carta que les instaba a pagar (no aparece la cuantía) en un plazo de 20 días. El informe de Médicos del Mundo refiere que el departamento de Trabajo Social del hospital insiste al de Facturación para que no pase esos importes a los pacientes de Urgencias. Fuentes del Clínico dijeron a este periódico que algunos inmigrantes han llegado a preguntar si pueden pagar «a plazos» ante el «lío» que provoca esa situación, pero que Trabajo Social les informa de que no tienen que abonar nada.

‘Carmen’. Derivada a MdM por la asociación París 365 de Navarra porque está en situación irregular, a esta boliviana no le daban cita en un centro de salud de Pamplona. Mientras la ONG tramitaba el asunto con el centro, Carmen acudió a Urgencias del Hospital Virgen del Camino, donde le emitieron una factura de 118,13 euros. MdM ha remitido la factura a la Administración sanitaria, pero no ha obtenido respuesta.

Los 28 de Valencia. El II Informe del Observatorio del Derecho Universal a la Salud de la Comunidad Valenciana (35 entidades adheridas a fecha de 7 de febrero) asegura que en diciembre detectó «28 casos de emisión de facturas en el momento de solicitar atención médica».

‘Shiku’. Fue ingresado en el Hospital Ramón y Cajal entre el 4 y el 12 de noviembre de 2012 por una inflamación de la vesícula. Al ser dado de alta, salió con una cita para cirugía general y digestiva con fecha 18 de diciembre. No tiene tarjeta sanitaria desde julio. Trabaja por horas y gana 700 euros al mes. MdM señala en su dossier que Shiku tenía una carta del hospital con el aviso de facturación.

Una portavoz de la Consejería de Sanidad de Madrid dijo ayer que a los inmigrantes sin regularizar no se les cobra. «Otra cosa es que estén empadronados y no tengan tarjeta sanitaria. Entonces, como a cualquiera que no tenga tarjeta, se le pasa la factura a su seguro».