La tendencia se invierte claramente. La llegada de inmigrantes a España baja, y de qué manera. Durante el pasado año entraron un total de 3.804 inmigrantes de forma irregular a través de las costas españolas. Esto supone, según explicó el ministro del Interior, Jorge Fernández, un descenso del 30% respecto al año anterior.

El ministro destacó que se ha invertido la tendencia alcista de 2011, cuando se registró un incremento en las entradas del 18% respecto al ejercicio anterior. «Es la segunda mejor cifra de los últimos 12 años y se ha conseguido a pesar de que Europa, y también España, mantienen un importante atractivo para la inmigración que proviene de África».

No obstante, aseguró que la presión migratoria procedente del sur de África sigue siendo muy importante porque el inmigrante ve Europa como su salvación. Por eso, destacó la importancia de la cooperación de Marruecos, clave a la hora de frenar esta ola de inmigración. Y es que recordó la convulsa situación de la zona: con la primavera árabe, el fuerte desplazamiento de población por el conflicto de Libia, ahora el frente de Mali…

El ministro destacó también que hasta Canarias llegaron sólo 173 personas, un 50% menos que el año anterior. «Podemos decir que se ha cerrado la fachada atlántica como vía de entrada de inmigrantes irregulares», aseguró.

Además, Fernández explicó que el número de repatriaciones se redujo un 16,38% respecto a 2011, con un total de 26.457 personas, y destacó el efecto «disuasorio» que este tipo de datos tiene sobre las redes de inmigración irregular y de tráfico de personas. Este descenso obedece al decrecimiento del flujo de llegadas de personas en situación irregular durante 2012.

El ministro mostró su disposición también a alcanzar el máximo consenso posible para la definitiva aprobación del nuevo reglamento de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), que pasarán a denominarse Centros de Estancia Controlada de Extranjeros y que serán «lo más garantistas posible».

Fernández también quiso dejar claro que la crisis de Mali no supone una «amenaza adicional especial» para España, si bien se han establecido todas las medidas de prevención pertinentes. Aunque se debe ser prudente con el terrorismo islamista, aseguró el ministro, puede haber algún país aliado «especialmente amenazado» por los sucesos de Mali, pero no afectan a España.