Los ‘sin papeles’ retenidos en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia reciben una media de 13 visitas diarias de familiares y amigos en tres locutorios. «El CIE no es Guantánamo», bromea el comisario Antonio Martínez, asesor de extranjería del Sindicato Profesional de Policía (SPP). «Es un establecimiento público de carácter no penitenciario que depende del Ministerio del Interior», añade. Un total de 44 funcionarios de la Policía Nacional (35 agentes, siete subinspectores, un jefe de seguridad y un director) se encuentran destinados en el centro. Los agentes vigilan a los internos en turnos de seis o siete policías, velan por su seguridad – al mediar en peleas – y organizan las visitas de sus familiares, amigos y organizaciones no gubernamentales.

«Custodiamos a inmigrantes que están sujetos a un expediente de expulsión y que se encuentran a disposición judicial», explica Martínez. El centro cuenta con tres televisores cedidos de forma altruista por particulares y empresas tras las gestiones realizadas por el inspector jefe Jesús Arce, director del CIE de Valencia. Varios policías llevan incluso ropa a los ‘sin papeles’, que agradecen mucho las prendas de abrigo, y empatizan con algunas víctimas de las mafias de inmigración.

Pero todo no es de color de rosa en el centro. Los policías también reciben insultos y amenazas por parte de los internos más conflictivos. «Uno de ellos se pasa todo el día diciendo ‘puta policía’ y ‘puta España’ para provocarnos», afirma un agente. «¿Y qué haces? No podemos hacer nada porque se encuentran a disposición judicial, y esto no es un centro penitenciario», sostiene el mismo policía.

El presidente regional del Sindicato Profesional de Policía (SPP), José Manuel León, asiente con la cabeza cuando escucha las palabras de su compañero. Los agentes destinados en este CIE «reciben formación para realizar labores de vigilancia y saben cómo actuar ante situaciones límite», asegura el inspector jefe León.

Algunos juegos de mesa, una visita del abogado, pocos libros y muchas horas de televisión ocupan el tiempo libre de la mayoría de los internos. El centro dispone también de cinco cabinas telefónicas para que los extranjeros puedan hablar con sus familiares y amigos, así como de material deportivo cedido por unos grandes almacenes.

En 2012, los ‘sin papeles’ del CIE de Valencia recibieron un total de 750 asistencias letradas dentro de las instalaciones del complejo policial de Zapadores. «Las cifras hablan del trato que les damos», aclara el comisario Martínez. De la veintena de denuncias por presuntos malos tratos a internos que han presentado desde el año 2003, el asesor de extranjería del sindicato policial sentencia con sus últimas palabras: «todos los casos fueron sobreseídos y no hay ningún policía imputado».