América, la bella y diversa

El Mundo, GINA MONTANER , 22-01-2013

En la ceremonia de toma de posesión del presidente Barack Obama no podía faltar America the Beautiful junto al himno nacional. En esta ocasión la entonó James Taylor, transformando en una cálida balada la patriótica letra inspirada en un poema que escribió en 1893 una profesora de literatura de Wellesley College. A Katharine Lee Bates se le ocurrieron los versos al ver los paisajes cambiantes en un viaje en tren que la llevó desde Boston hasta Colorado. La grandiosa inmensidad de EEUU se le clavó en la pupila y en la imaginación. Hoy la autora de una de las composiciones más representativas del país se habría encontrado con un territorio doblemente diverso, pues su paisaje humano es tan variado como su topografía. Y si algo ha destacado en los actos que celebraron la reelección de Obama, ha sido el protagonismo de los hispanos en este evento.

Era de esperar que así fuera. El 71% de los hispanos votó por Obama, tal vez más impulsados por un voto de castigo a Mitt Romney, que no consiguió conectar con el pulso de los inmigrantes, que por un entusiasmo por el candidato demócrata que se fue apagando a medida que su compromiso con una reforma migratoria se reducía a una promesa incumplida. Al cabo de cuatro años en la Casa Blanca, un pesaroso Obama llegó a admitir que había decepcionado a quienes habían confiado en él como un agente de cambio en Washington.

Con sentido pragmático el pasado noviembre los hispanos votaron por el menor de sus males, pero también han sabido hacer uso de su capacidad de lobby para recordarle al presidente y a ambos partidos que ya no se pueden subestimar sus intereses porque ello conlleva un alto precio político. Y los primeros que no han tardado en hacer suyo el mensaje son republicanos como Jeb Bush, Marco Rubio o Mario Díaz-Balart, los dos últimos de origen cubano, que ya están impulsando una iniciativa de consenso para llegar a un acuerdo bipartidista que en los próximos meses podría materializarse en una reforma migratoria integral. Una senda anhelada por más de 11 millones de inmigrantes ilegales para acceder a la regulación de su estatus, a la vez que se tomarían medidas para frenar el trasiego de tráfico humano en la frontera.

Tanto en Washington como entre activistas pro inmigrantes hay quienes se muestran escépticos de que se pueda lograr un acuerdo que satisfaga a todos. Pero si alguna vez se ha estado más cerca de conseguirlo es ahora. Sencillamente los políticos, que se deben a su electorado, no pueden mirar a otro lado sin recibir un castigo por parte de un sector de la población que es cada vez mayor y ha cambiado la fisonomía de la nación. Obama no puede dejarle la asignatura pendiente a su partido, y si los republicanos quieren retornar a la Casa Blanca, el discurso tiene que salir del ámbito del country club y ser un reflejo de la realidad social.

No es casualidad que este lunes la magistrada nuyorican Sonia Sotomayor, primera mujer hispana en la Corte Suprema de Justicia, se encargara del juramento del vicepresidente Joe Biden. Tampoco es casualidad que el poeta inaugural fuera el cubanoamericano y gay Richard Blanco. En sus extraordinarias memorias, Mi mundo adorado, Sotomayor narra la lucha por insertarse en el mainstream sin renunciar a sus raíces. Y en sus poemas Blanco desmigaja el sentimiento de identidad (geográfica y sexual) en busca de su lugar en el mundo y a la sombra de las «torres de la libertad». Sin duda, América es bella. Y también es diversa.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)