OVACIONADO por cientos de miles de compatriotas que se congregaron en el enorme Mall de Washington, Obama juró ayer su cargo para un nuevo cuatrienio. En su discurso de investidura, de más contenido social que económico, el presidente de EEUU hizo mención a algunos retos de su segundo mandato, destacando entre ellos «la amenaza del cambio climático» y la reforma de la inmigración. Asimismo Obama anunció entre aplausos que la «recuperación económica ha empezado». Consecuentemente, su principal atención recaerá en buscar medidas que mantengan esa tendencia y fomenten la creación de empleo. El Nobel de la Paz, mucho más canoso que hace cuatro años a causa del peso de la responsabilidad, recordó delante de las escalinatas del Capitolio que «se está acabando una década de guerra», iniciada tras los atentados del 11-S. También envió un mensaje de unidad nacional a la oposición republicana, que controla el Congreso, con la que está obligado a llegar a acuerdos sobre espinosos temas como la limitación del uso de armas de fuego o la reducción del déficit público.