MARÍA RAMÍREZ WASHINGTON ENVIADA ESPECIAL

Obama promete salir de la crisis y luchar por los gays e inmigrantes

«Una década de guerra está acabando»

El Mundo, , 22-01-2013

Delante del Capitolio partido entre demócratas y republicanos, Barack Obama celebró ayer el comienzo de su segundo mandato con otra promesa de recuperación económica, un canto a la igualdad y una reprimenda al Congreso. Con menos poesía y más prisa que en 2009, llamó a la acción a sus rivales y prometió defender a los gays, los inmigrantes, las mujeres o los más pobres. «Una década de guerra está acabando. Empieza la recuperación económica», dijo.

«Ahora las decisiones recaen sobre nosotros y no podemos permitirnos ningún retraso. No podemos confundir el maximalismo con los principios o sustituir la política por un espectáculo o considerar los insultos un debate razonable», dijo Obama, que esta misma semana batallará con los republicanos para que suban el límite legal de deuda y evitar que EEUU suspenda pagos.

«Debemos actuar, aunque sepamos que nuestro trabajo será imperfecto. Debemos actuar sabiendo que las victorias de hoy serán sólo parciales y que dependerán de quienes estén aquí dentro de cuatro años, de 40, de 400», insistió el presidente en su discurso ante más de un millón de personas en la explanada delante del Capitolio.

Con una mano sobre las biblias de Abraham Lincoln y de Martin Luther King, el presidente evocó los disturbios de Stonewall, la marcha de los afroamericanos de Selma y la convención de las mujeres en Seneca Falls. Defendió a los inmigrantes y prometió proteger a los más pobres. «Los patriotas de 1776 no lucharon para sustituir la tiranía de un rey por los privilegios de unos pocos», dijo el presidente. «Sabemos que nuestro país no puede tener éxito cuando a unos pocos, que son cada vez menos, les va muy bien y la mayoría creciente apenas sobrevive», proclamó Obama. «No creemos que en este país la libertad esté sólo reservada a los más afortunados o que la felicidad sea para unos pocos», recalcó.

Ante los centenares de miles de personas que le esperaban desde el alba a cero grados, Obama utilizó una y otra vez la expresión «We, the People», con la que empieza el preámbulo de la Constitución. «Nosotros, el Pueblo, declaramos hoy que la más evidente de las verdades, que todos hemos sido creados iguales, es la estrella que nos sigue guiando», afirmó Obama, que recordó las palabras de Martin Luther King: «Nuestra libertad individual está inextricablemente unida a la libertad de cada alma en la Tierra».

Más concreto que en 2009, Obama evocó los ideales del país para defender a los gays o para pedir más control de armas. «Nuestro viaje no ha terminado hasta que nuestros hermanos y hermanas gays sean tratados como todo el mundo ante la ley», dijo. «Nuestro viaje no ha terminado mientras todos nuestros hijos, desde las calles de Detroit hasta los Apalaches o hasta las tranquilas calles de Newtown sepan que están cuidados, protegidos y siempre a salvo», declaró. Al presidente se le quebró la voz al mencionar Newtown, el lugar donde 20 niños y seis adultos fueron asesinados en un colegio en diciembre.

A diferencia del sombrío discurso que dio en el mismo lugar en 2009, Obama intentó ayer animar a los suyos y recuperar su eslogan de esperanza: «Una década de guerra está terminando ahora. La recuperación económica ha empezado. Las posibilidades de América no tienen límites».

Los fieles de Obama ya no eran los casi dos millones que querían ver al primer presidente negro, pero seguían gritando «¡O-ba-ma, O-ba-ma»» y «Go, Michelle» y llenaron la explanada más que en ninguna otra segunda toma de posesión. «Éste es un mensaje con el que estoy de acuerdo», decía Wanda Baldwin, afroamericana de Georgia con las uñas pintadas de purpurina azul, blanca y roja. «Seguro que hay más gente que hace cuatro años, yo creo que sí», insistía la seguidora, negando los números reales. Consciente del poder de seducción que aún tiene y de su amplia estructura de campaña, Obama pretende viajar por el país en busca de ayuda para presionar al Congreso. Ayer hizo una apelación directa a los suyos: «Vosotros y yo, como ciudadanos, tenemos el poder de establecer el curso de este país».

La fiesta duró hasta la noche. Los Obama desfilaron por la avenida de Pensilvania y bailaron en un centro de convenciones, esta vez sólo en dos actos dentro del mismo edificio. En 2009, cruzaron varias veces la ciudad para estar en diez bailes. Al presidente se le acaba el tiempo. Su primer tuit del día reflejaba esa premura: «Estoy agradecido de tener la oportunidad de terminar lo que empezamos. Nuestro trabajo empieza hoy. Vamos. BO».

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