«El hecho de que bajaremos cifras parecidas a las del año anterior es una satisfacción». Con estas palabras se refirió ayer el director territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) a la presión asistencial que se da en el Hospital Comarcal como consecuencia de la atención que se presta a las personas procedentes de Marruecos. Francisco Robles asegura que «no ha habido un recorte acentuado» pero insiste en que tampoco se ha registrado un aumento de pacientes.

Robles, que señaló ayer que desde la Administración «se sigue controlando el acceso y uso de la asistencia pública a extranjeros», entiende que en regiones como Melilla puedan producirse situaciones de estas características por cuanto es una ciudad limítrofe con el reino marroquí. Eso, dice Robles, es tenido en cuenta por todo el personal sanitario.

Entre los atisbos de mejora está el hecho de que un menor número de mujeres embarazadas marroquíes hayan dado a luz en las instalaciones del Comarcal.

A finales del mes de diciembre, Francisco Robles informaba de que ya se habían iniciado los contactos pertinentes con las autoridades de Marruecos «para colaborar y compartir responsabilidades y, en la medida de lo posible, que cada uno las asumiera».

El director territorial también hizo alusión a la situación del nuevo Hospital Universitario. Robles aclara que se está en un «stand by» y que este mes será el definitivo para que el Ingesa tome las medidas pertinentes que permitan retomar las obras. En este contexto, aprovechó para responder a las críticas que ha venido realizando el Partido Socialista, críticas con las que el PSOE ha denunciado la nula inversión que el PP ha hecho en materia sanitaria. Robles recuerda que se han destinado 5 millones de euros a este centro y que gracias al trabajo de los senadores locales se van a poder destinar otros 3, 5 millones para el equipamiento del mismo.