El padre del niño secuestrado tenía empresas que servían de tapadera

Las Provincias, JAVIER MARTÍNEZ sucesos@lasprovincias.es | VALENCIA., 07-10-2012

El sueño de una familia colombiana de conseguir el paraíso en España se convirtió en una pesadilla para su hijo Kevin, el niño de 11 años que fue secuestrado en Barcelona y permaneció dos días en un piso, sedado y atado de pies y manos, hasta que fue liberado por los Mossos d’Esquadra.

El padre del menor tenía varias empresas que servían de tapadera al narcotráfico, según las investigaciones policiales, y dio demasiados detalles sobre el alto nivel de vida de su familia al recluso con el que hizo migas en la cárcel de Picassent. Entre otras cosas le contó que su mujer y sus tres hijos, que residen en Sagunto, necesitaban regularizar su residencia en España. Este dato fue el anzuelo del plan que ideó el presunto cerebro del secuestro: un recluso condenado por homicidio.

Tras convencer al narco para que su mujer y uno de sus hijos viajaran a Barcelona, donde decía que conocía a un policía corrupto que podría conseguir los papeles, cuatro hombres y una mujer perpetraron el aterrador secuestro y exigieron a la madre el pago de cinco millones de euros si quería volver a ver a Kevin.

El preso colombiano también habló en la cárcel de sus deudas, contraídas antes de ser detenido en septiembre de 2009, cuando su banda planeaba la compra de un submarino para introducir droga en la costa de la Comunitat. Pero la Policía Nacional desarticuló la red, que lideraba el empresario saguntino Rafael Rubén Núñez Cencerrado, y se incautó de una tonelada y media de cocaína en Valencia y Galicia.

La pérdida de la droga enfrentó al grupo delictivo español con los cárteles colombianos dueños de la cocaína, que temían que les hubieran robado los alijos,. La aparición de la noticia de la incautación en los medios de comunicación fue la mejor prueba exculpatoria para quienes participaron en las operaciones de narcotráfico fallidas. «Si no ha salido nada en las noticias, si no se publica, imagínate, yo ya soy hombre muerto y mi familia también», dijo un miembro de la banda en una conversación telefónica intervenida por la policía.

Los dos detenidos por el secuestro no tienen ninguna relación con los narcos que suministraban la droga al padre del niño. Los Mossos d’Esquadra apresaron a Marta C. V., de 46 años de edad – que estaba en el piso cuando entró la policía – , y Guillermo F. M., de 36 años, uno de los encapuchados que metieron al niño en el maletero del vehículo. Ambos son españoles. Los agentes búscan a otros tres individuos, también de nacionalidad española, que participaron en los hechos.

Los autores del secuestro no están especializados como ocurre en otros países, ya que en España no se cometen demasiados delitos de este tipo «porque no se paga el rescate y porque el grado de resolución es muy alto», según los Mossos d’Esquadra. El padre del niño secuestrado ha sido trasladado a la prisión de Mallorca, mientras que el cerebro del rapto cumple pena en una cárcel catalana.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)