RAFAEL DAWID / Bilbao
Canadá, la tierra cuyas costas avistaban
los antiguos balleneros vascos
mientras faenaban en los caladeros
de la bahía Chateau, vuelve
a ofrecer la promesa de una vida
mejor para aquellos jóvenes que
estén dispuestos a retomar la
aventura que emprendieron sus
antepasados dejando atrás la seguridad
de su hogar.
El programa Experiencia Internacional
Canadá permitirá a 1.000
jóvenes pioneros volver a cruzar el
Atlántico con la promesa de una
buena captura al otro lado. Una experiencia
laboral de un año en un
país que, lejos de las turbulencias
de los mercados españoles, cuenta
con uno de los sistemas bancarios
más sólidos que existen, según el
Foro Económico Mundial, y con un
elevado nivel de vida que se apoya
con firmeza sobre una Economía
pujante y competitiva.
La consejera política de la Embajada
de Canadá en España, Isabel
Savard, presentó ayer junto a la
consejera de Educación del Gobierno
vasco, Isabel Celaá, esta iniciativa
nacida de un acuerdo de
movilidad entre los gobiernos español
y canadiense en 2009.
Canadá, según explicó Savard
en un acto celebrado en el Bizkaia
Aretoa de Bilbao, es «un país
abierto e innovador que valora el
talento venga de donde venga». La
embajadora, junto con Isabel Celaá,
animó a los jóvenes vascos a
sumarse a esta iniciativa en un
momento en el que el paro juvenil
alcanza el 34% en Euskadi, según
el Eurosat, y la recesión que vive
España amenaza con agravarse.
Por contra, esta cifra es sólo del
15% en Canadá, cuyo mercado laboral,
más dinámico y flexible,
ofrece a los españoles, según enfatizó
Savard, «las mismas perspectivas
de integración que a cualquier
canadiense».
Este atractivo, unido a un salario
medio semanal de 900 dólares canadienses
–unos 700 euros– han
contribuido al éxito de un programa
de cuyas 1.000 plazas iniciales
sólo quedan 32 vacantes. Tanto Celaá
como Savard coincidieron en
que la iniciativa, que arrancó en
2009 con tan sólo 350 plazas, ha sido
un gran éxito y confían en que
pueda acoger a más jóvenes en su
edición de 2013, cuyas cuotas se
harán públicas entre enero y febrero.
Para la consejera de Educación,
se trata de una oportunidad única
para que los jóvenes puedan ampliar
su formación académica o
profesional con una experiencia
que «supone un valor añadido en
un mundo global».
Un destino, tres caminos
El programa, que está dirigido a jóvenes
con un perfil universitario o
de formación profesional de entre
18 y 35 años, tiene como objetivo
agilizar y facilitar la tramitación
del visado de aquellos que estén
interesados en inscribirse –puede
hacerse a través del portal
www.canadaenespana.com– así
como de ofrecer una panorámica
de las herramientas disponibles
para encontrar trabajo en el país
norteamericano en tres áreas distintas:
vacaciones autofinanciadas,
prácticas en empresas y cooperación
internacional.
La primera opción, con una cuota
de 760 plazas, está destinada a
aquellos que quieran conocer el
país o aprender idiomas, en cuyo
caso no sería necesario un contrato
de trabajo, y la manutención del
viajero correría a cargo de su propio
bolsillo. La segunda y la tercera
opción, con 200 y 40 plazas respectivamente,
permiten realizar
prácticas en empresas canadienses
como profesional o cooperante. En
ambos casos es responsabilidad
del interesado formalizar con la
empresa un contrato de trabajo antes
de solicitar el visado, que tendrá
una vigencia máxima de un
año. Otro de los requisitos indispensables
es disponer de un seguro
médico que cubra la estancia.
La consejera de Educación, para
quien el recorrido del talento vasco
–al igual que el de los antiguos balleneros
que partían de las costas
cantábricas– debe ser «de ida y
vuelta», cerró su intervención recordando
que «los dioses siempre
han protegido a los audaces».