La existencia de buques nodriza es más que una especulación en el análisis del fenómeno de la inmigración ilegal con destino Alicante. Según diversos expertos, dichos buques explicarían la facilidad con la que decenas de argelinos llegan cada año a Alicante «en perfecto estado», a pesar de navegar «en barcas de juguete».

Esta es una de las principales conclusiones a las que llega el director del Obervatorio de la Inmigración de la Universidad de Alicante (UA), Carlos Gómez Gil, en un artículo publicado en su blog «Palabras Gruesas» (carlosgomezgil.com/sobre-alicante), en el que intenta «desmontar los tópicos sobre la llegada de pateras». Según explicó Gómez Gil en declaraciones a ABC, dicha hipótesis no se basa solo en el estado de salud de los inmigrantes, sino en las opiniones que le han trasladado fuentes de la vigilancia marítima en los últimos meses.

«Una travesía en patera por el Mediterráneo dura como mínimo entre cuatro y seis días», explica el experto de la UA, algo que considera incompatible con el hecho de que muchos tripulantes de pateras lleguen «secos, aseados e incluso, en el caso de las mujeres, con joyas». Lo endeble de las pateras le lleva a la conclusión de que sus pasajeros no han pasado más que unas horas en el mar, algo que solo sería posible si dichos cayucos partieran de un barco nodriza.

Constatado el «fracaso» de las medidas de vigilancia (el SIVE, implantado por el Gobierno del PSOE, solo ha detectado una patera desde 2009), Gómez Gil apuesta por actuar «en origen», a través de acuerdos del Gobierno español con las autoridades argelinas. No obstante, señala que éstas ya han adoptado medidas para dificultar las rutas de la inmigración ilegal.