«No le guardo rencor a la persona que me empujó»

Las Provincias, DANIEL VALERO | VALENCIA, 27-09-2012

Moulaye Ndiaye, el vendedor ambulante que fue arrojado desde un puente la noche anterior a la tomatina en la localidad de Buñol, ya está en casa. Ayer le dieron el alta en el hospital de Manises, en el que llevaba casi un mes ingresado por la fuerte caída, y ahora no piensa en nada más que en «salir adelante». «No le guardo rencor a la persona que me empujó. Sólo quiero mirar lo bueno y que me ayuden a tener papeles», declaró ayer, ya en su domicilio del barrio de Nazaret.

«El comportamiento de Moulaye es ejemplar para haber sufrido una agresión racista», subrayó ayer Salva Lacruz, portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en la Comunitat. Su organización, junto a Movimiento Contra la Intolerancia, asiste a Moulaye para solicitar un permiso de residencia en España por razones humanitarias. «Nos acogeremos a que aún sufre secuelas de las que tendrá que recuperarse aquí y a que ya lleva seis años trabajando de forma irregular en el país», explicó Lacruz, a quien también le «preocupa» que traten de cobrarle a Moulaye la asistencia sanitaria recibida.

El afectado sólo tiene palabras de agradecimiento. «El ayuntamiento, el hospital y los chicos de CEAR se han portado muy bien conmigo. «Me alegro mucho de que ya esté fuera», declaró ayer al respecto el alcalde de Buñol Joaquín Masmano. «En cuanto supimos de su situación fuimos a visitarle, y contribuimos a costear el collarín y la faja ortopédica que necesitaba», añadió.

Moulaye, de 39 años y natural Senegal, ingresó el pasado 29 de septiembre en la UCI del Hospital de Manieses con politraumatismos, varias costillas rotas y una lesión medular. Según él mismo relata, se encontraba vendiendo sus productos a los asistentes a la fiesta cuando un joven le sustrajo unas gafas. Tras pedir sin éxito que se las devolvieran optó por marcharse, y fue entonces cuando recibió el empujón que lo arrojó por un puente de más de seis metros de altura. La mochila que portaba y las cañas de la zona en la que cayó amortiguaron su caída y le salvaron la vida.

«Estaba oscuro y no sé quién fue. Pero me da igual. Sólo pienso en la gente buena», sostiene, aunque añade que la Guardia civil sí está investigando lo sucedido. «Me han hecho ver fotos porque aún no saben quien fue. Y cuando lo sepan me lo dirán», explicó. Pero Moulaye sólo quiere centrarse en su recuperación. «Me quedan cuatro semanas en casa y después la rehabilitación», explicó.

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