Los votos recibidos por el partido nazi Amanecer Dorado podrían permitirle ocupar una de las siete vicepresidencias del Parlamento griego, lo que supondría un verdadero shock en Europa. La formación dirigida por el negacionista del Holocausto y defensor de la pureza de la raza griega, Nikolaos Michaloliakos, obtuvo finalmente el 6,92% de los votos, 425.162 en total. Esto implica que desde mayo hasta junio tan solo les abandonaron 15.000 personas. Amanecer Dorado cuenta ahora con 18 diputados.

«Es real, esta ahí, existe. Es parte de la situación. La crisis, que ha expulsado a mucha gente de sus vidas, ha generado violencia y es por esto que Amanecer Dorado ha obtenido este nivel de apoyo», afirma Yorgos, economista, votante de Syriza, que trabaja para el Banco de Grecia. La inmigración, con el miedo y la inseguridad que esto ha generado en numerosos griegos, es otra de las razones de su ascenso, añade Yorgos. «Están aquí para quedarse», agrega.

«Nuestra lucha continuará dentro y fuera del Parlamento para acabar con esta humillación nacional», manifestó Michaloliakos tras la victoria. Su hija, Urania, estuvo implicada en un incidente racista y fue detenida a principios de junio.

Ataques cotidianos

Ocurrió cuando un grupo de motociclistas salieron de la sede ateniense de Amanecer Dorado en dirección a El Pireo. Por el camino, en el barrio popular de Tavros, se pararon delante de un restaurante y agredieron a un inmigrante. El hombre, de 31 años de edad, acabó en el Hospital con heridas leves. Poco después, la policía detuvo a la hija del dirigente del partido, a uno de sus candidatos y a otros cuatro militantes. Sucesos como este son cotidianos en el centro de Atenas. Numerosos griegos han sido testigos de palizas como la descrita. Aún así, el partido mantiene su apoyo.

La noche electoral, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, dio un discurso ante sus seguidores en el centro de Atenas. Allí acudió con Manolis Glezos, de 90 años de edad, quien en 1941, cuando tenía 19, en plena ocupación nazi, retiró su bandera de la Acrópolis, dando así fuerza a la resistencia. Fue un guiño para todos. Syriza estará ahí para combatir a los nazis. También Nueva Democracia y el resto. Ninguno se va a reunir con ellos.