Vitoria. No es la primera vez que ocurre a lo largo de la historia, ni probablemente será la última, y a casi ningún joven alavés se le caen los anillos por salir a buscarse al sustento al extranjero, pero la triste realidad es que una vez más los habitantes del territorio han de hacer las maletas y dejar atrás, en su tierra natal, a familia y amigos, para buscarse un porvenir digno. Así ocurre desde 2009, cuando la recién declarada crisis económica empezaba a dar síntomas de haber venido para quedarse por una larga temporada y graves consecuencias.

Si hasta entonces en Álava había una tasa de emigración casi técnica, que variaba entre las 153 migraciones registradas entre 2007 y 2008, y el saldo positivo de tres alaveses regresados a su hogar entre 2005 y 2006, desde hace tres años la cifra se ha disparado a una media de 350 salidas anuales al extranjero, una sangría de mano de obra y conocimiento sostenida 312 exilios a 1 de enero de 2010, 382 un año más tarde y 355 en el inicio de 2012 que no tiene visos de revertirse, dado el crecimiento lento pero imparable del desempleo en el territorio histórico.

Así, a 1 de enero de 2012, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística, 4.516 alaveses vivían fuera del Estado, casi 3.000 de ellos salidos de Vitoria, y la mayoría de ellos se ha buscado un futuro en los países que siempre han acogido a la emigración vasca y española: Latinoamérica y las naciones más ricas de la Europa occidental.

Nada ha cambiado en ese sentido con respecto a la posguerra o a los años sesenta del ya lejano siglo XX. Argentina es el país con una colonia alavesa más nutrida, que ascendía a 991 componentes a inicios de 2012, seguida, ya muy de lejos, por la vecina Francia, en la que viven y trabajan 473 naturales de Álava. Chile (334), México (322), Reino Unido (290), Venezuela (276), Estados Unidos (246), Alemania (208), Brasil (135) o Suiza (84) son otros de los destinos elegidos por los ciudadanos alaveses para labrarse el porvenir y el sustento.

La tendencia, en todo caso, es hacer las américas. Los alaveses prefieren los países emergentes del sur de América y los Estados Unidos a una Unión Europea a la que no ven futuro, por mucho que Alemania roce el pleno empleo gracias a los minijobs. Desde 2010 son Argentina, Chile y Estados Unidos los países que más habitantes del territorio han recibido en sus industrias y servicios. En Europa sólo se acerca a estas cifras Francia, donde el año pasado se establecieron 41 alaveses, por los 155 de Argentina o los 61 de Chile.

Extracomunitarios en Álava Hay otro factor a tener en cuenta, muchos de los empadronados en Álava en los últimos años son a su vez inmigrantes extracomunitarios, gente que ha venido a Euskadi en busca de un futuro mejor y que, en algunos casos, está optando por regresar a su país ante la falta de perspectiva económica y laboral que presenta el futuro en el territorio. Sin embargo, el saldo migratorio negativo que presenta Álava y su acentuación en los últimos tres años responde más a la marcha de alaveses nacidos en el territorio que al regreso a casa de los inmigrantes o a una ralentización en la llegada de gente originarias de otros países.

Prueba de ello es que las principales naciones emisoras de inmigrantes al territorio apenas han recibido a personas provenientes de Álava en los últimos años, pese al contexto generalizado de crisis que se vive en el Estado. En 2012, tres ciudadanos empadronados en el territorio se establecieron en Argelia, 11 en Marruecos, 49 en Colombia y 27 en Ecuador.

Tensión demográfica Sea como fuere, lo cierto es que el constante crecimiento de la población vivido en ciudades como Vitoria 2.718 nuevos vecinos en un año no palia, sin embargo, la preocupación existente por la constante pérdida de jóvenes en la capital alavesa. En los últimos cinco años, el número de vecinos de Vitoria de entre 14 y 29 años no ha dejado de decrecer, tal y como refleja un informe del Observatorio municipal de la Juventud. En total, 4.681 personas que han dejado de pertenecer al colectivo joven y que no han sido reemplazados por nuevas incorporaciones. Sólo entre enero y noviembre de 2011, último periodo analizado por el Ayuntamiento, la cifra cayó en 1.065 personas.

La población menor de 30 años apenas representa ya al 31% del conjunto de la población gasteiztarra y los menores de 15 años únicamente representan el 12,8%. Una situación común al resto del Estado, pero no por ello menos preocupante.