Cinco detenidos por el asesinato de un lituano, cuyo cuerpo echaron a un pozo

La Verdad, R. FERNÁNDEZ / A. NEGRE, 27-03-2012

Policías judiciales y la juez de guardia, junto al pozo en el que fue hallado el cadáver. :: GUILLERMO CARRION/AGM

Los funestos presagios de la mujer se vieron confirmados ayer, a primera hora de la tarde, cuando agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Murcia hallaron un cadáver en un pozo, junto a un poblado chabolista de la carretera de Santa Catalina de Murcia. Ya lo había avanzado hace unos meses. «Mi hijo no da señales de vida, parece haber desaparecido, y creo que corre peligro», era lo que venía a decir en la carta que había remitido a las dependencias de la Jefatura Superior de Policía una ciudadana lituana, quien además aportaba los nombres de cinco hombres de la misma nacionalidad que convivían con su hijo. «Probablemente ellos podrían dar información de lo que le ha podido ocurrir», venía a añadir.

Como la mujer había avanzado, a su hijo se lo había tragado la tierra. Literalmente. Aunque los especialistas de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) estaban ayer pendientes de la confirmación de la identidad del fallecido, fundamentalmente a través de las huellas dactilares o, si no fuera posible, de pruebas de ADN, se daba casi por seguro que el cadáver pertenece al lituano que llevaba varios meses desaparecido. Todo apunta a que una o varias personas le dieron muerte y, seguidamente, arrojaron su cuerpo a un pozo.

Lo primero que hicieron los agentes fue echarle el guante a los cinco ciudadanos lituanos que convivían con el fallecido y que, según la madre de éste, bien podrían estar al tanto de lo que le había ocurrido. Los cinco fueron arrestados y conducidos a dependencias policiales para ser interrogados como sospechosos de haber intervenido en el posible homicidio.

Las fuentes reseñadas confirmaron que entre los arrestados se encuentra un hombre ya conocido para la Policía, pues no en vano en septiembre pasado fue atendido en un hospital murciano de varias heridas de arma blanca. Cuando fue interrogado al respecto, aseguró que un grupo de marroquíes le había asaltado para robarle y que, al resistirse, lo habían acuchillado.

Ahora, sin embargo, los investigadores no descartan que esa persona pudiera haber resultado herida en una reyerta con el hombre ahora hallado en un pozo. Las hipótesis apuntan a que éste último pudo fallecer durante el enfrentamiento o, quizás, haber sido asesinado posteriormente, cuando su rival abandonó el hospital. Aunque la investigación está abierta, y no se descartan otras posibilidades, la Policía confía en resolver el asunto en breve plazo.

Un numeroso grupo de agentes, entre policías judiciales e integrantes de la Unidad de Subsuelo, trabajaron ayer en la zona, durante largas horas, para rescatar el cadáver y reunir todas las pruebas posibles. El lugar, integrado en una zona chabolista habitualmente ocupada por rumanos y búlgaros que se ganan la vida con la mendicidad y la chatarra, fue acordonada para evitar la destrucción de vestigios. La juez de guardia, acompañada por un forense, supervisó todas las actuaciones.

Los cinco detenidos no serán puestos a disposición judicial al menos hasta mañana, miércoles.

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