Unas ochocientas personas plantaron ayer cara al racismo y la xenofobia con un gran estruendo. Armados de latas y acompañados de una batucada, la XV marcha contra el racismo partió a las 11.30 horas del mercado de Trintxerpe y pasadas las 13 horas llegó al Boulevard. Según los organizadores de la marcha, hasta ochocientas personas mostraron su apoyo a la causa. Al llegar al Boulevard donostiarra, dos jóvenes cantaron un rap con un claro mensaje en contra de los prejuicios que existen en nuestra sociedad con letras como «nos dan la lata cuando dicen cosas como que Fátima empezó la crisis por llevar a su hijo a una escuela pública o cuando creen que los ladrones tienen la piel más oscura». Mensajes que fueron apoyados entre los asistentes agitando las latas.

Despertar conciencias

Tras el rap, un ‘simio’, que simbolizaba el origen común de todos los seres humanos, quiso despertar conciencias: «Os echo en cara la discriminación, creáis tópicos hacia la raza, que son reflejo de vuestro miedo. Tenéis el origen delante». Y finalizó su discurso haciendo uso de uno de los lemas de la marcha: «Saltan las alarmas cuando veis en los inmigrantes las causas de todos los problemas. ¡Basta de dar la lata!». Fue entonces cuando las personas reunidas en el Boulevard donostiarra lanzaron simbólicamente las latas que tenían en sus manos.

Entre los inmigrantes se podían ver guipuzcoanos como Cristina Rodríguez, que se mostraba muy concienciada: «Llevo diez años viniendo, los inmigrantes necesitan nuestro apoyo. La ley de extranjería va hacia atrás en el derecho de movilidad de las personas, un derecho fundamental para todos». Muchos inmigrantes como el marroquí El Ouardi Aboerrazak sostenían que, efectivamente, existen prejuicios. «Estas iniciativas son necesarias, existen muchos rumores y estereotipos como que, por ejemplo, los musulmanes somos terroristas», decía muy preocupado. El donostiarra Manuel Arrue, que hace cinco años que acude a la cita de la marcha contra el racismo, hacía hincapié en «uno de los rumores más extendidos» como es «que los inmigrantes son los que se están llevando las ayudas públicas cuando en realidad les están recortando derechos».

Otros como Fátima apoyaban la tesis de Aboezarrak: «A los inmigrantes nos miran con sospecha, cuando entras en una tienda piensan que vas a robar y en las oficinas en cuanto escuchan cómo hablas desconfían. Llevo 5 años en España y la igualdad no existe, estamos en el principio del camino», comentaba mientras avanzaba la marcha.