Sarkozy convierte en delito visitar páginas yihadistas Sarkozy aplica transparencia y mano dura

Relanza su campaña con el endurecimiento del Código Penaltras la muerte del asesino de Toulouse en el asalto a su casa

El Mundo, RAQUEL VILLAÉCIJA PARÍS ESPECIAL PARA EL MUNDO , 23-03-2012

La masacre de Toulouse ha cambiado las prioridades de los franceses. Si antes era el bolsillo la inquietud máxima, ahora la amenaza islamista se ha convertido en enemigo número uno. Todos los candidatos a las elecciones han tomado nota del nuevo guión, y el primero Nicolas Sarkozy. Apenas horas después de la operación policial que acabó con la muerte de Mohamed Merah, el jefe de Estado compareció para anunciar una serie de medidas contra la ideología radical. Entre las iniciativas propuestas está la de castigar con la cárcel a aquellos que visiten habitualmente páginas que hagan apología del terrorismo o viajen al extranjero con fines de adoctrinamiento.

LA TRANSPARENCIA y el rigor con los que Francia ha gestionado el caso del yihadista que asesinó a siete personas antes de ser abatido ayer en su domicilio son dignos de encomio. El fiscal jefe de París, Molins, y el ministro del Interior, Guéant, mantuvieron informados a los ciudadanos desde el mismo momento en el que el terrorista fue cercado por los agentes.

Apenas dos horas después del desenlace, Molins ya se sometía a las preguntas de los periodistas y daba todo tipo de detalles de la operación. Así, conocimos las últimas palabras de Mohamed Merah a los policías «quiero morir con las armas en la mano», la frase que dirigió a su primera víctima antes de dispararle y que grabó con su cámara «tú matas a mis hermanos, yo te mato a ti» y, por supuesto, los pormenores del asalto al piso y la causa de la muerte del terrorista: un disparo en la cabeza efectuado por un agente.

En comparación con lo ocurrido en España en el 11-M, se advierten dos diferencias notables. El Gobierno francés no aventuró ninguna tesis sobre la autoría de los asesinatos racistas, ni siquiera cuando algunos medios apuntaron como probables sospechosos a tres ex militares de ideología neonazi. Por otra parte, mientras el episodio del piso de Leganés, donde se refugiaron los islamistas, se resolvió en poco tiempo y con innecesaria precipitación, los agentes franceses tuvieron cercadoa Merah durante 32 largas horas, en las que se le aplicó una estrategia de presión y desgaste con la intención de lograr su entrega.

En plena campaña de las presidenciales francesas, a sólo un mes para acudir a las urnas, es obvio que este caso tendrá una repercusión electoral. Tras conocerse el sangriento atentado del lunes, en el que Merah asesinó a tres niños judíos y a un adulto, Sarkozy había subido dos puntos en intención de voto.

El presidente francés relanzó ayer su campaña anunciando mano dura contra quienes se acerquen al terrorismo islamista, en una reacción similar aunque con medidas distintas a la de Bush tras los atentados del 11-S.

La decisión de Sarkozy de endurecer el Código Penal para perseguir a quienes acudan a cursos de adiestramiento terrorista como fue el caso de Merah, así como su propósito de aplicar mayores medidas de vigilancia en las cárceles, donde los extremistas reclutan a algunos de sus yihadistas, son pasos acertados. Más polémico se antoja su propósito de limitar el acceso a páginas de internet que hagan apología del odio o la violencia, pues no deja de ser un tipo de censura. Una cosa es perseguir a los autores de esas páginas y otra muy distinta castigar a quienes las consulten. Ahora bien, de lo que no se puede acusar a las autoridades francesas es de falta de reflejos. Ayer mismo, el Ministerio del Interior consiguió cerrar una página de Facebook en la que se homenajeaba a Merah y en la que se habían colgado comentarios contra la Policía y a favor del islamismo radical. Esa prontitud en reaccionar y la seriedad con la que ha gestionado la tragedia han permitido a Sarkozy recuperar fuelle. Francia ha estado a la altura.

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