La tolerancia vasca al extranjero choca en Euskadi con los prejuicios sobre las ayudas sociales y la inseguridad ciudadana

sin embargo, en la cav no se utiliza a los inmigrantes como chivos expiatorios por la crisis económica

Diario de noticias de Alava, , 16-03-2012

vitoria. La consejera vasca de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, aseguró ayer que la sociedad vasca no relaciona la presencia de inmigrantes en Euskadi con la crisis económica y no los utiliza como “chivos expiatorios” ante esta situación. Así se desprende del barómetro sobre la percepción de la inmigración en el País Vasco en 2011, que fue presentado en Bilbao por Zabaleta y el coordinador de Ikuspegi-Observatorio Vasco de la Inmigración, organismo que ha realizado el estudio, Gorka Moreno. Éste precisó que el año pasado los vascos que vieron la inmigración como un problema disminuyeron del 15,4% al 10,7% con relación a 2010 y detalló que las principales preocupaciones fueron el paro, los problemas económicos y el terrorismo (la encuesta se hizo a principios de año, antes del anuncio de ETA de cesar su actividad).

En cualquier caso, Moreno explicó que persisten en la sociedad vasca dos estereotipos sobre los inmigrantes: que se benefician excesivamente del sistema de protección social (así lo cree el 64,2%, aunque los datos lo desmienten) y que su presencia afecta a la seguridad ciudadana (59,8%). Según el estudio, los vascos defienden que la Sanidad, la Educación y la asistencia jurídica sean derechos universales, aunque restringen el acceso de los inmigrantes a otras prerrogativas como las ayudas sociales, la reagrupación, el derecho a voto y el acceso a una vivienda social.

Además, son contrarios a la libre entrada de inmigrantes en Euskadi y se decantan por que la entrada venga acompañada de un contrato de trabajo (76,4%). De hecho, el empleo es percibido como el “elemento clave” para la entrada y para obtener el permiso de residencia. Moreno destacó la “ambivalencia” de los vascos ante los inmigrantes, ya que, aunque la mayoría (61,7%) piensa que estos no deben abandonar su cultura y prácticas religiosas, el 79,8% estima que deben esforzarse por asimilar las costumbres locales.

No a centros de culto Así, la sociedad vasca valora la apertura de comercios y restaurantes étnicos por parte de los inmigrantes pero rechaza que cuenten con escuelas propias o centros de culto para religiones distintas a la católica. Esta postura contradictoria se repite a lo largo del estudio, cuyos indicadores muestran que los vascos fueron en 2011 “más tolerantes” que en 2010, pero constatan un crecimiento del número de reacios ante la inmigración (34% frente a 18,9%) y de los ambivalentes (37,4% frente a 42,4%) y un brusco descenso de los tolerantes, que pasan del 43,6% al 23,5. Moreno instó a “poner en cuarentena” la composición de estos tres grupos porque han experimentado “una variación muy grande”.

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