Catalunya pierde inmigrantes

El regreso de los latinoamericanos –no así de pakistaníes, rumanos y marroquíes– deja un saldo negativo por primera vez en 12 años

La Vanguardia, MARÍA-PAZ LÓPEZ, 09-03-2012

En el 2011 se marcharon de Catalunya 12.686 inmigrantes, según el Idescat

Entre los años 2000 y 2010, Catalunya fue en verdad una tierra de promisión. En ese decenio se produjo la mayor llegada de extranjeros. En el 2011, la crisis económica dio un vuelco a la situación y, por ende, Catalunya registró por primera vez un descenso de población inmigrante: se marcharon 12.686 extranjeros, según datos que hizo públicos ayer el Institut d’estadística de Catalunya (Idescat). Esa cifra significa un 1,1% menos respecto al año anterior. Hace un decenio, los inmigrantes en Catalunya eran 182.000, y a finales del año pasado eran 1.185.852 (el 15,7% del total de población), quienes se habían instalado en esta comunidad autónoma, atraídos por las perspectivas de un trabajo.

“El ciclo económico de la crisis explica los movimientos de regreso a su país de algunas nacionalidades, porque hay que aclarar que otras siguen viniendo”, explica Dolors Olivares, jefa del área de estadísticas demográficas del Idescat. Así, los latinoamericanos están regresando a sus países de origen. Ecuatorianos, colombianos, bolivianos, argentinos, brasileños y peruanos (por este orden, los primeros los que más) están volviendo, porque “en sus países la situación ha mejorado, hay cierto crecimiento económico, son economías emergentes, y un trabajo u otro, se encuentra”, aclara Olivares. En cambio, hay otros grupos nacionales que continúan aumentando: se trata sobre todo de asiáticos y europeos encabezados por Pakistán, Rumanía, Marruecos, Honduras, China y Rusia. “A ellos aún les compensa venir, y en el caso de marroquíes y chinos, por ejemplo, funciona mucho la reagrupación familiar”, explica.

Antes del año 2000, los inmigrantes representaban una parte muy pequeña de la población de Catalunya, y su crecimiento máximo se dio en la década pasada. Por eso llama la atención el descenso; arroja luz desde otra perspectiva sobre las consecuencias de la crisis económica en los países occidentales. Con todo, hay que recordar que, aunque la disminución puede atribuirse a los flujos entre países, en realidad la evolución de la población extranjera no depende sólo del saldo migratorio, sino también del crecimiento o disminución biológica (nacimientos y defunciones) y de las naturalizaciones, es decir, extranjeros que han adquirido la nacionalidad española, y por tanto han dejado de figurar en una casilla para pasar a otra.

De todos modos, esta reducción no afecta a todo el territorio, sino que 21 comarcas siguen registrando aumento de población inmigrante, lideradas por el Priorat (4,5%) y la Segarra (3,7%). La población ecuatoriana, la que más ha menguado en relación al 2010 (son 9.916 menos), ha disminuido especialmente en la comarca del Barcelonès, donde reside el 50% de este colectivo. Ocurre casi lo mismo con los pakistaníes, los que más han aumentado en número (son ahora 7.804 más), cuya presencia se ha incrementado especialmente en Barcelona, donde reside el 80%.

La población marroquí –mayoritaria en Catalunya, donde representa el 20% del total de extranjeros– ha registrado un comportamiento desigual: disminuyó en algunas comarcas, como Osona y Anoia, y aumentó en otras, como en el Ripollès y el Baix Penedès. Pero en conjunto creció en 3.039 personas. Otros grupos que más población han perdido son Colombia, Bolivia, Argentina, Brasil y Perú.

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