En Melilla conocen bien el drama de la inmigración, pero lo que ocurrió junto al puerto el pasado 10 de noviembre sorprendió a todos: el cabo Javier Ferrón salvó en pocos minutos de las profundidades del mar a una joven de Costa de Marfil embarazada y a su hijo.

Pese a que la situación era muy adversa, por la oscuridad de la noche y el frío invernal, este joven guardia civil del GEAS consiguió salvar de una muerte segura dos vidas y una que estaba por nacer, la de la pequeña Pilar, que se llama así en honor a la patrona del Instituto Armado como una señal de agradecimiento de esta joven familia inmigrante. Ayer, el cabo Ferrón se reencontró con Lydie Vanina Gbamale, su marido y sus dos hijos en un acto institucional donde las autoridades hicieron hincapié en la valentía y la profesionalidad de este guardia civil, para el que el Gobierno ya está tramitando una condecoración.