Lydie Vanina Gbamale es una inmigrante de Costa de Marfil que el pasado 10 de noviembre, cuando estaba embarazada de casi seis meses, se embarcó en una pequeña patera junto a su hijo de seis años y su marido en busca de un futuro mejor, un sueño que estuvo a punto de truncarse cuando los tres cayeron al agua sin saber nadar.

El cabo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil Javier González Ferrón, que había acudido a la llamada de alerta tras el avistamiento de la embarcación, se tiró al mar para intentar rescatarlos a pesar del frío invernal, la oscuridad de la noche y la peligrosidad del lugar, junto a uno de los muelles del puerto de Melilla.

La adversidad de la situación no pudo con el coraje del cabo Ferrón, que este jueves se ha reencontrado con Lydie y su familia, a la que se acaba de sumar la pequeña Pilar, el bebé que llevaba en su interior cuando estuvo a punto de morir ahogada, y a la que ha puesto el nombre de la patrona de la Guardia Civil como una muestra de agradecimiento de su madre.
El reencuentro

Pilar, ajena al revuelo que ha causado su caso, ha vivido el acto de su presentación ante la prensa dormida y sin hacer ruido, mientras su madre recordaba ante las cámaras cómo el cabo Ferrón la sacó del fondo del mar, a ocho metros de profundidad, donde estaba o inconsciente tras varios minutos dramáticos en los que solo veía «agua por todos lados».

De repente, sintió como alguien la cogía y la llevaba hacia la superficie: era Javier Ferrón, un guardia civil enamorado del servicio que presta en el GEAS desde hace once años, que en el trayecto de subida se encontró con el hijo de Lydie, de seis años, que también se estaba hundiendo.

El guardia civil también tuvo tiempo para empujar hacia el parido de Lydie hacia la escalerilla del muelle.
Un «ángel»

Esta familia de inmigrantes costamarfileños cree que el cabo Ferrón es su héroe y ángel de la guarda porque de no ser por él, la vida no le habría dado esta segunda oportunidad.

Por eso, cuando Pilar nació el 27 de febrero, se acercaron por la Comandancia de la Guardia Civil para buscar al agente que les había salvado la vida y decirle que habían decidido poner a su pequeña el nombre de la patrona del Cuerpo para devolverle, de alguna manera, el gran favor que el cabo Ferrón les hizo el 10 de noviembre.

En la actualidad, este matrimonio de inmigrantes vive en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, donde espera poder pasar algún día a la Península para trabajar y dar a Pilar y su hermano de seis años un futuro mejor del que les esperaba en su país de origen.