barcelona. Abdeslam Laarusi, el imán marroquí que dirige la mezquita de Terrasa, una de las más grandes de Cataluña, ha sido acusado, tras una investigación llevada a cabo por los Mossos d’Esquadra, de instar a sus fieles musulmanes a “corregir” con violencia, física y psíquica, las “conductas desviadas” de sus mujeres.

Así, en sus sermones durante la oración de los viernes ante sus más de mil fieles (capacidad de la mezquita) incluía ejemplos de cómo pegar a las mujeres, aislarlas en el domicilio conyugal o negarles relaciones sexuales.

Tras las polémicas acusaciones, la ciudad de Terrasa, en la que conviven 13.500 musulmanes en una población total de unos 215.000 habitantes, se ha mostrado realmente sorprendida. Así, la concejal de Ciudadanía y Derechos Civiles del Ayuntamiento de Terrassa, Lluïsa Melgares, reconoció ayer que la investigación al imán de la localidad ha sido “una sorpresa” para el consistorio y mostró cierto malestar porque el gobierno local se haya enterado de ello por la prensa.

También el alcalde de la localidad y líder del PSC, Pere Navarro, se mostró ayer “muy sorprendido” por la investigación al imán, ya que tenía fama de ser una persona “muy moderada, correcta y comprensiva” con cuestiones relacionadas con las mujeres, dijo. “La comunidad musulmana de la ciudad y todas las entidades tienen muy buena relación con el imán, pero nosotros respetamos la investigación y siempre hemos defendido la tolerancia cero respecto a la violencia de género”, explicó.

Por su parte, la asociación islámica del municipio negó las imputaciones contra el imán, al igual que hizo la Comunidad de mujeres musulmanas de Terrassa en un comunicado colgado en Internet. En él, mostraron su apoyo al religioso y aseguraron que “nunca se han sentido discriminadas o menospreciadas” por su imán.

Sin embargo, Abdennur Prado, expresidente de la Junta Islámica catalana aseguró que la trayectoria polémica del imán ya viene de largo.