La dueña de la agencia de viajes Jesibrian, X.L.C, acusada de estafar a casi medio centenar de inmigrantes suramericanos con la venta de billetes de avión que luego canceló, reconoció ayer ante la Audiencia Provincial estos hechos y pidió perdón a los perjudicados. También reconocieron su participación en los mismos su esposo, B.J.M., y su padre, E.T.C., que trabajaban como empleados de esta agencia de viajes, que tenía oficinas en Murcia, Valencia y Madrid.

La principal acusada, nacida en Ecuador, como los otros dos imputados, manifestó que reconocía que había causado «un malestar a la gente que confió» en ellos, y por eso querían subsanarlo «cuanto antes». X.L.C. añadió que se encuentra en la ruina, que la agencia se vio abocada a esta situación al cerrarles la línea de crédito y que a partir de entonces «se les complicó todo.