"Mohamed es el nombre más puesto en el Baix Empordà"

Josep Maria Albaigès edita el libro `Els secrets dels noms catalans´, una completa guía que habla del origen, significado y que incluye curiosidades onomásticas

La Vanguardia, Albert Domènech , 10-01-2012

Un nombre es la etiqueta identificativa de una persona para toda su vida. Detrás de cada nombre se esconde un significado, que puede ser el reflejo de los gustos, costumbres o valores de un pueblo. Josep Maria Albaigès lleva más de 30 años trabajando y analizando la historia onomástica de Catalunya. Ha editado más de 20 libros sobre el tema, el último, El secrets dels noms catalans, en el que asegura que a la hora de buscar un nombre no es suficiente en pensar en la fonética o las modas. Los nombres evolucionan con el paso del tiempo, y ahora mismo Marc, en hombres, y Martina, en mujeres, son los más populares, por detrás de otros que pierden fuelle como Josep, Maria, Ramon o Jordi. También hay que tener en cuenta los nombres procedentes de las culturas inmigrantes, que conviven con los locales. En el libro, Albaigès recoge anécdotas y curiosidades onomásticas como personas con nombres singulares. Dolores Fuertes de Barriga es una invención, pero hay otros reales igual o más surrealistas. Y sino que se lo digan a Antonio Bragueta Suelta o a Yolanda Escote Tierno.

-¿Catalunya vive un buen momento onomástico?
-Sí, sin duda. Estamos en un momento en el que la gente se preocupa mucho por poner nombres auténticos y genuinamente catalanes a sus hijos. Cuando hablo de poner nombres catalanes se entiende poner la versión catalana de un determinado nombre. Por ejemplo, Isabel en catalán es Elisabet, que también existe en castellano. De hecho, conozco a muchos padres que en épocas difíciles ponían a sus hijos nombres que fueran el mismo en catalán y en castellano para evitar los problemas que luego te podían poner en el registro civil. Piensa que antes en el registro civil existían muchas limitaciones. Estaban prohibidos los nombres irreverentes, subversivos, contrarios a la dignidad de la persona, que no especificasen claramente el sexo de la persona, y algunos ejemplos más, como que tenían que estar puestos en lengua española.

-¿Todavía existen grandes escollos en el registro civil?
-No, alguno pequeño, pero que sinceramente los encuentro razonables. Por ejemplo, evitar que sea un nombre impropio de persona. Si quieres ponerle a tu hijo Satanás o R321, que son nombres contrarios a la dignidad de la persona.

-Entiendo que un nombre puede acabar marcando psicológicamente a tu hijo…
-Sí, claramente. Sobre todo si es un nombre inadecuado para una persona, porque un nombre siempre es un ejemplo que le pones a tu hijo. Le estás diciendo, aquí te marco un objetivo, por ello los nombres más primitivos, como las tribus indias, o los griegos, siempre querían decir alguna cosa. Hoy en día hay poca gente que sepa que todos los nombres tienen un significado. Ramon, por ejemplo, es “el que aconseja al pueblo”. Lo que pasa es que muchas veces los nombres pasan de una lengua a otra, se deforman y en algunos casos desaparece la lengua inicial en la que fueron creados.

-¿Sabemos cuántos nombres catalanes han llegado hasta el día de hoy?
-En el diccionario que edité en los años 80 hablaba de unos 7.000 nombres. Antes te hacía referencia a los escollos que no han desparecido a la hora de escoger un nombre, y uno de ellos es que tiene que quedar claro el sexo de la persona, algo que hoy en día es muy difícil de mantener, especialmente por la entrada de nuevas culturas. Al final pasará como en Estados Unidos, que cuando tienen que rellenar un cuestionario donde hay que poner el nombre, también incluyen una casilla para poner el sexo. Hoy en día, cualquier palabra que designe cualquier hecho de la naturaleza es apta para ser un nombre, los únicos prohibidos son los contrarios a la dignidad de la persona. Si quieres ponerle a alguien Sol, Luna o Árbol, Ciruelo, está permitido.

-El sentido común de los padres debería ser el primer escollo, no imagino a nadie llamándolo a su hijo Árbol…
-Sí, pero muchas veces no tienen sentido común, te lo aseguro (Sonríe).

-¿De qué cultura hemos recibido más nombres catalanes?
-Del latín. Somos una cultura latina, el catalán viene del latín y aunque se produzcan algunas incorporaciones, sigue siendo la base principal. También hay de griegos y la mayoría llegan por vía cultista, por la influencia de las Sagradas Escrituras o de Obras Clásicas. En Argentina hay muchos Platón, o Aristóteles. Una tercera base importante es la germánica, que son nombres que se incorporaron durante la Edad Media a raíz de las invasiones de los pueblos germánicos y cogieron mucho prestigio como hoy pasa con los nombres americanos, especialmente en Centroamérica, donde hay muchos Johnny o Washington. Los germánicos tiene mucha importancia en catalán, en castellano hay pocos, comparativamente con los catalanes. También pasa que en catalán hay muchos que sobreviven como apellido, porque hubo un momento en que el Concilio de Trento prohibió los nombres que no tuvieran santo. Hay muchos nombres que no tienen santo, y eso hay gente que tampoco lo sabe. Cuando había nombres que no tenían santo, sobrevivían como apellidos, por ejemplo, Gomà. Los apellidos actuaban muchas veces de segundos nombres y cuando según la ley pasaron a ser apellidos de forma invariable de padres a hijos muchos nombres de pila quedaron como apellidos. La frontera entre un nombre y un apellido no es tan clara como muchos piensan. Conocerás a mucha gente que se llaman Ramon, Pere o Joan de apellido. Un segundo apellido, es un segundo nombre.

-¿Sobreviven hoy en día muchos nombres sin santo?
-Sí, muchos. Recuerdo que en mi pueblo había una mujer que se llamaba Zulema. En un libro que edité hace unos años incluí los nombres a déspotas, que son los nombres que no tienen santo y que todavía hay muchos.

-Antiguamente se decía que los nombres marcaban una destinación, una dirección. ¿Es exagerado pensar así o el nombre puede ser determinante en este sentido?
-Normalmente la gente elige los nombres porque le gustan o suenan bien. Pero siempre hay personas con cierto grado de cultura y conciencia en el tema y que buscarán poner un nombre que tenga una finalidad, por ejemplo. El nombre es un objetivo que le marcas al hijo, aunque sea para decirle que hubo un santo que se llamaba así y que fue un hombre muy virtuoso. Ramon, el que te he dicho antes, el que aconseja al pueblo, es un nombre muy acertado para un abogado, por ejemplo. Otras veces se pone el nombre por razones de tipo familiar. Pero la mayoría de veces se ponen simplemente porque gustan. Y eso tiene sus peligros, por ejemplo puede fechar al niño. En el año 74 o 75 había un personaje de dibujos que se llamaba Heidi y que era muy famoso. Muchos padres le pusieron a sus hijas Heidi.

-Pero estos ya serían los nombres mediáticos, los que los padres ponen por influencia de la televisión u otros canales. ¿Cuál serían las Heidi o las Sue Ellen de la actualidad?
-Hay mucha gente suramericana que le está poniendo el nombre Messi a su hijo, de momento la moda no ha llegado aquí, también hay muchos Kevin, llegaron a ser muy famosos, hace unos años estaba en la trigésima posición aquí en Catalunya, que no es ninguna tontería. La mayoría son tomados de artistas de cine. Incluso se hablaba de “kevinismo” como un síndrome de la gente que sigue ciegamente las modas. Entre las mujeres era conocido como “chantalismo”.

-Habla en su libro de nombres inadecuados para nuestra cultura, ¿cuál serían estos nombres?
-Nombres que hagan referencia a culturas anti religiosas o que no sean cristianas. Encuentro inadecuado que le quieres poner Alá a tu hijo.

-Si alguien le quisiera poner a su hijo el nombre Dios, ¿podría?
-Sí, hay un hijo de Sara Montiel que se llamaba Zeus, que es un Dios griego. Aquí no diré que es un nombre inadecuado para una persona, es un Dios de la mitología.

-Hablemos de los nombres masculinos. ¿Cuáles son los que han ido en alza en los últimos años y los que estuvieron de moda pero ahora se han ido abajo?
-Curiosamente se mantienen de una forma sorprendente y yo diría casi humillante. Antes nos quejábamos de que todo el mundo se llamaba Josep, y ahora resulta que Marc es inamovible. Me sorprende esta resistencia en pasar de moda. Y en mujeres el año pasado el número uno fue Martina. Además es un nombre de tres sílabas, cuando la tendencia actual es la de poner nombres cortos, monosílabos. Entre los hombres el segundo y el tercero son Pau y Pol respectivamente. Personalmente, no me gustan mucho los nombres monosílabos porque los encuentro más adecuados para perros o mascotas. Pero hoy en día están muy de moda.

-¿Cuáles son los que han pasado más de moda?
-Robert, por ejemplo, ha pasado un poco de moda. Ramon o Jordi también son nombres que han retrocedido. Jordi ha tenido una reacción similar a la de María. Además, fue un nombre que muchos inmigrantes se ponían para reafirmar su catalanidad y llegó un momento en que entre los inmigrantes había muchos Jordi.

-¿Cuáles son los nombres extranjeros que más han proliferado en Catalunya?
-He visto muchos Washington o Nelson. De la cultura árabe hay muchísimos, sin ir más lejos, el año pasado en el Baix Empordà el nombre número uno fue Mohamed.

-Todos hemos visto o comprado en alguna tienda de souvenirs el típico texto que hace referencia a la personalidad y la manera de ser de cada nombre. ¿Es creíble?
-No, es absolutamente falso, estoy muy indignado. Me han propuesto alguna vez hacer un libro de este tipo y me he negado rotundamente, un nombre no implica ninguna personalidad. Soy científico, no astrólogo. Tenemos que luchar contra la ignorancia.

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