Argentina revierte el fenómeno de la emigración desesperada

Deia, EFE/DPA, 20-12-2011

Buenos Aires. Diez años después del estallido de la crisis que, de alguna manera, expulsó de su país a cientos de miles argentinos en busca de un futuro mejor, la historia se ha invertido: ahora son miles los que han decidido regresar a casa. “Afortunadamente, desde 2001 muchas cosas habían cambiado para mejor”, comenta el investigador Gabriel Briones, que después de trabajar siete años en la prestigiosa universidad de Yale (EE.UU.) ha decidido regresar a Buenos Aires para integrarse a las filas de la Universidad de San Martín. Gabriel no es el único.

Es uno de los miles de argentinos que comenzaron a volver a partir de 2006 y siguen regresando hasta el día de hoy. La mayoría, alentados por la sostenida recuperación económica: el índice de pobreza casi apocalíptico de 2002 (54,3 ) cayó 36 puntos hasta 2010 y la tasa de desempleo (21,4 en 2003), retomó a partir de 2004 el orden del 13%, hasta llegar al 7,5% actual. “Yo nunca quise viajar a Canadá”, cuenta Laura. “Lo hice por mi marido, porque el estrés le estaba arruinando la salud”, agrega.

Unas 250.000 personas se fueron de Argentina “arrastradas por la crisis económica y el desempleo”, explicó a Efe el sociólogo Lelio Mármora, exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Censos. “Fue el exilio más grande de nuestra historia”, afirma este especialista en migraciones humanas, que destaca que el fenómeno afectó particularmente a jóvenes de clase media.

El principal destino del éxodo argentino fue España. Razones no faltaban: era un prometedor miembro de la Unión Europea; no ofrecía barreras lingüísticas y era para muchos el lugar de origen de sus antepasados. Tener el pasaporte abría las puertas a Europa, por lo que a partir de 2002 los consulados de España e Italia se vieron atiborrados de solicitudes y colas interminables de argentinos que depositaban todas sus esperanzas en recuperar ese derecho. “Nos fuimos a Madrid en marzo del 2001, meses antes del corralito. ¿Las circunstancias? Cuatro hijos con pocas perspectivas de futuro. Lo hicimos por ellos, aunque después nosotros también pudimos desarrollarnos en lo nuestro”, cuenta Marina, profesora de actuación.

Ironías del destino: diez años después de haber escapado a los cacerolazos argentinos ven cómo en el Estado español se desata la decepción de los indignados. Numerosos argentinos emigrados trabajaban en el sector informal o turístico, y ante la actual crisis que vive toda Europa ven menguar sus posibilidades laborales. Esa es hoy en día una de las principales razones para volver a su país.

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