Caza al negro en el mercadillo

Un italiano de extrema derecha se lía a disparos contra los inmigrantes en Florencia, mata a tres y se suicida

El Mundo, IRENE HDEZ. VELASCO, 14-12-2011

Gianluca Casseri era un gris chupatintas italiano de 50 años que se ganaba la vida como contable. Pero, detrás de esa fachada de aparente normalidad, se ocultaba un militante de extrema derecha profundamente racista, xenófobo y antisemita, que negaba el Holocausto, que defendía la supremacía de la raza aria y que abogaba por la pureza de la Europa blanca y cristiana. Casseri llevó ayer a la práctica sus degeneradas fantasías purificadoras y se lanzó a una auténtica caza al negro en Florencia.

Armado con una Magnum Smith & Wenson del calibre 357, el tipo abrió fuego contra varios inmigrantes de color en dos puntos distintos de la ciudad. Mató a tres senegaleses e hirió de gravedad a otros dos antes de suicidarse de un tiro en el pecho al verse acorralado por la Policía.

Todo comenzó alrededor de las 12.30 horas, cuando Casseri llegó al volante de su coche a la Plaza Dalmazia de Florencia, en el extrarradio de la localidad. Aparcó el vehículo, se bajó del auto e, inmediatamente, se lió a tiros contra tres vendedores ambulantes senegaleses. Dos de ellos Samb Modou, de 40 años, y Diop Mor, de 54 murieron inmeditamente, mientras que el tercero Moustafa Dieng, de 34 resultó herido de gravedad tras recibir varios disparos en el tórax y el abdomen.

Después de completar esa matanza, Casseri se subió de nuevo a su coche. Algunas personas, según el testimonio de varios testigos, trataron de detenerlo, pero sacó su pistola y les apartó. Arrancó y se marchó. A primera hora de la tarde, reapareció en el mercado de la Plaza de San Lorenzo, en pleno centro de Florencia. Volvió a empuñar la Magnum y abrió fuego contra personas de color, dejando a dos inmigrantes senegaleses malheridos: Sougou Mor, de 32 años, y Mbenghe Cheike, de 42.

Después, Casseri buscó refugio en un aparcamiento subterráneo. Sin embargo, al verse rodeado de agentes y disparar estos contra su coche, optó por suicidarse.

Mientras tanto, y al extenderse las noticias de la masacre cometida por Casseri, un grupo de unos 250 senegaleses se concentró de manera espontánea en las inmediaciones del mercado de San Lorenzo en Florencia. «Italia racista», gritaban. «Malditos italianos», se quejaban. Los manifestantes se dirigieron posterioremnte hacia la estación ferroviaria de Santa María Novella, donde se registraron algunos momentos de tensión al emprenderla varios de ellos a patadas contra algunas motos aparcadas y bloquear el tráfico al tirarlas al suelo.

Además de la rabia que les embargaba, los inmigrantes no se creían que el responsable de la masacre se hubiera suicidado. Sólo se calmaron cuando la policía consintió que uno de ellos comprobara con sus propios ojos que del asesino sólo quedaba un cadáver.

Casseri era un viejo conocido de la policía italiana, que lo tenía fichado por haber asistido a varias concentraciones de extrema derecha. Era simpatizante de CasaPound, una organización de inspiración fascista y autor de varios escritos de tendencia neonazi. En el ensayo El Protocolo del Sabio de Alejandría negaba el Holocausto y relanzaba la teoría antisemita de un complot mundial orquestado por los judíos. En otro escrito dedicado al escritor neofascista Adriano Romualdi defendia la raza aria y la Europa blanca y cristiana.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)